🌐 ASTROLABIO # 293 - VIERNES, 24 DE ENERO DEL 2025
Petro apoyó explícitamente a Biden en virtud de las afinidades con algunos sectores a la izquierda del espectro demócrata y eso le garantizaba imperturbables lealtades.
Su postura flexible y mediadora frente a las dictaduras hemisféricas coincidía con las puertas abiertas de la Casa Blanca hacia Cuba y Venezuela.
Asimismo, los esfuerzos negociadores correspondientes a la noción de Paz Total recibieron el apoyo en la misma dimensión en que lo recibió Santos de parte de Obama durante el proceso de La Habana.
Y en asuntos globales, las agendas resultaban compatibles, principalmente en lo referente a cuestiones migratorias, ambientales y de transición energética.
Incluso en una materia tan delicada como la guerra en Medio Oriente, la Casa Blanca se mostró comprensiva cuando Petro rompió relaciones con Israel y solo se limitó a sugerir un reencuentro sanador entre las partes.
Ahora, la relación con Washington será revisada pormenorisadamente pero eso no significa que se convierta en traumática y tortuosa.
Por supuesto, se requerirá de una combinación de sensibilidad y ecuanimidad estratégicas, empezando por algunos ajustes diplomáticos tanto en la OEA como en Washington, aprovechando el retiro del Canciller.
De hecho, Bogotá comprendió que un ejercicio de aproximación temprana era necesario y la carta enviada al presidente electo en noviembre es una buena muestra, aunque el hecho de que no se haya recibido respuesta abona la tesis de que un cambio de interlocutores resulta conveniente con el fin de diluir tanto el clima de aprensión como las predisposiciones ideológicas imperantes.
Adicionalmente, si Petro aspirase a liderar a escala global una izquierda verdaderamente renovadora e influyente que suponga el relanzamiento inspirador de la socialdemocracia, nada le vendría mejor que una demostración de responsabilidad dialógica a nivel hemisférico que, en vez de corrosión, se traduzca en responsable concordia a partir de las diferencias.
En resumen, prudente distanciamiento de las corrientes extremistas del partido Demócrata.
Una postura nítida a favor de la democracia en el Caribe, siempre con vocación mediadora.
Una selección sensata de los procesos internos de negociación para destacar los verdaderamente útiles y tomar así clara distancia de los actores extremistas que rinden culto a la fuerza en tanto amenazas transnacionales.
Y, por último, una virtuosa invitación tanto a modernizar las agendas ambientales como a un manejo corresponsable de la migración ilegal llegando, incluso, a considerar de manera tripartita el restablecimiento de las relaciones diplomáticas con Israel, sobre todo a partir del volátil pero esperanzador acuerdo alcanzado en Catar.
vicentetorrijos.com