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¿ Qué harían los EEUU si algún país lanzase un ataque contra Texas, New Mexico, California, o la Florida ?

 ASTROLABIO # 172 / VIE 30 SEPTIEMBRE 2022

En la misma lógica, ¿ qué haría Rusia si algún país lanzase un ataque contra Zaporiyia, Donetsk, Lugansk, o Jersón ?

La cuestión es exactamente la misma a partir de hoy, 30 de septiembre del 2022.

Al anexarse tales espacios, mediante referendo, Rusia ha hecho que la geopolítica caiga en lo que llamaremos « el vértigo de la irreversibilidad ». 

En otras palabras, retornar al ‘status quo ante’ ya es imposible y cualquier acto violento contra esas regiones será considerado como ‘casus belli’, motivo de guerra abierta, convencional, interestatal, entre el agresor y Moscú.

Por supuesto, podría argumentarse que este nuevo escenario -establecido por el Kremlin en solo seis meses- es el fruto de una guerra irredentista.

Podría aducirse también que se trata de una consulta popular artificial y acomodaticia que, al tramitarse bajo ocupación extranjera es, por tanto, absolutamente espuria.

 

Incluso, podría aseverarse que ha sido una votación ( no una elección ) manipulada, fraudulenta e inmoral que no pasa de ser un execrable ejercicio anexionista, idéntico al de Hitler sobre Austria el 12 de marzo de 1938 ( el ‘anschluss’ ).

 

Con todo, la realidad es la que es y no la que podría desearse, así que de poco o nada sirven los anacronismos y las ucronías.

 

Para abreviar, Ucrania pasó de ser un Estado unitario a tres Estados distintos para convertirse ahora en un país completamente cercenado por el apetito expansionista ruso.

 

Destinado por la historia para reconstruir un imperio de por lo menos un milenio de evolución, Putin considera que ya redimió a la península de Crimea en el 2014.

Ahora, al sostener que está liberando y rescatando a las cuatro regiones mencionadas, el mesías de Moscú -alentado espiritualmente por la Iglesia Ortodoxa- supera el “dolor fantasma” ( aquel que se siente en el pie … ¡ de una pierna amputada ! ) producido por la desmembración de la Unión Soviética.

Entonces, planta cara ya no solo a Kiev sino a Occidente en toda su extensión.

Volviendo al punto, cualquier maniobra militar que se emprenda sobre el Donbass y que -como es obvio- cuente con el apoyo de la OTAN a Ucrania, será considerado por Moscú como un acto de agresión que podrá ser respondido al amparo del derecho a la legítima defensa.

Legítima defensa que supondría el uso de armas hipersónicas ( ¿ sobre Varsovia, Bonn, Edimburgo ? ).

Y adentrándonos en la ‘madman theory’ nixoniana ( la de parecer loco para que el adversario evite una provocación con impredecibles consecuencias ) todo esto  podría terminar en un eventual ataque nuclear táctico.

En resumen, el problema no termina con esta ampliación sistemática y deliberada de la integridad territorial rusa.

Por el contrario, cada golpe propinado por Putin desde su acceso al poder en Año Nuevo del 2000 es la antesala de otro, cada vez más contundente.

En sucesivos textos anunciamos la adhesión de Crimea en 2014, la invasión a Ucrania del 24 de febrero, y la anexión del Donbass.

Hoy, podemos prever que la misma suerte podría correr Odessa, y luego un Estado soberano como Moldavia a partir de la punta de lanza que, de hecho, es Transnistria ( el equivalente a Kaliningrado en el Báltico ).

Con lo cual, el entusiasmo que en Occidente ha producido la llamada contraofensiva ucraniana sobre algunos poblados en el centro del país palidece frente a la verdadera dimensión estratégica del conflicto.

¿ Se arriesgarán Biden, Scholz y Truss a seguir proveyendo a Zelenski de armamento con el que pueda disparar sobre Sloviansk, Kramatorsk, o Mariinka ?

 

vicentetorrijos.com