La esperanza es la fortaleza humana dada por Dios que nos levanta para seguir enfrentando cualquier adversidad o dificultad en el diario vivir. En los tiempos de crisis, nuestra esperanza es desafiada y puesta a prueba al verse amenazada la vida, la salud, la familia, la situación económica y tantas otras cosas que necesitamos para vivir bien.
De otro lado y paradójicamente, estos momentos duros en la vida, son también la mejor oportunidad de crecimiento y fortalecimiento en la esperanza a través de la fe, ya que es esta la que puede sostenernos y levantarnos en todas las etapas de desequilibrio que vivimos, llevándonos hacia ese triunfo y hacia esas metas que todos los seres humanos anhelamos.
Cuando en las Sagradas Escrituras, nos encontramos con la palabra “esperanza”, no se refiere a pensamientos positivos, ni a frases de superación, se refiere a la confianza puesta en Dios. La esperanza es real cuando se fundamenta en la Fe; cuando creemos en el Dios vivo y en sus Promesas.
“Y el Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer, para que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo”.
Romanos 15:13
La esperanza es la convicción y la expectativa incuestionable de creer que los milagros llegarán a nuestra vida a pesar de las dificultades que estemos atravesando, y a pesar del tiempo que llevamos esperando. La esperanza es saber que tenemos un Dios Grande y siempre atento a nuestras necesidades.
La esperanza es mirar hacia adelante y creer que Dios traerá respuestas a nuestra vida, tener esperanza es tener paz y tener paz es tener la victoria.
“Y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado”.
Romanos 5:5
Aunque la situación esté difícil y complicada, aunque los comentarios de otras personas sean desalentadores, debemos aferrarnos a las Promesas de Dios y creer que Él es fiel para cumplir lo que nos ha prometido.
“Y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado”.
Romanos 4:18
La esperanza garantiza el cumplimiento de las Promesas de Dios, por esta razón, nuestra Fe, confianza y esperanza deben ser inagotables.
Escrito por Édgar Jaimes