La falta de eficacia se hizo presente en el estadio Metropolitano y perjudicó a Junior de Barranquilla en la Copa Libertadores.
Partido denso y reñido, así fue el compromiso colombo-ecuatoriano en la capital del Atlántico, el conjunto ecuatoriano mostró por qué es el vigente campeón de la Copa Sudamericana, no vino a especular a Barranquilla y no solo se llevó un punto de suma importancia pensando en la clasificación, sino también estuvo cerca de conseguir la victoria.
Los primeros minutos fueron para los dirigidos por Josep Alcacer, quienes con un 4-4-2 sorprendieron con su disposición en el terreno de juego, un equipo que no vino a resguardarse, que disputó el juego en la mitad de la cancha, presionó la salida del rival y desde el minuto 1 le mostró a Junior que iba a hacer un partido exigente físicamente, pues el choque, la velocidad y los cambios de ritmo estuvieron presentes durante el trámite del compromiso.
Al minuto 10, en el primer despliegue con claridad de Junior hacia terreno contrario, José Enamorado encaró, con una finta hacia adentro buscó la falta y después de un cruce del lateral Leonel Quiñónez, el central decidió cobrar penal a favor de Junior. Responsabilidad que tomó Carlos Bacca, quien más con ímpetu y buena voluntad ejecutó un penal que estuvo cerca de ser atajado por Alexander Domínguez.
El gol le vino bien al conjunto barranquillero, que salió del hostigamiento impuesto por Liga y jugó más en terreno contrario, aunque no generó opciones claras de gol, si alejó al conjunto ecuatoriano de portería propia. Sin embargo, Liga tomó un segundo aire y después del minuto 30 nuevamente volvió a inquietar a Junior, allí fue determinante la labor de Santiago Mele, quien tuvo una actuación destacada, apagando los incendios de la defensa del Junior, que ayer fue muy vulnerable y dio muchas ventajas ante rivales rápidos, explosivos y que marcaron la diferencia en los duelos.
En el cierre del primer tiempo llegaría la falta en el área de Didier Moreno, recompensa para un equipo que hacía méritos para empatar el partido y que no merecía estar por debajo en el marcador, Alex Arce, se hizo cargo de la pena máxima y puso el partido en tablas con 45 minutos aún por delante.
El segundo tiempo fue un partido abierto, Liga siguió presionando y manejando la intensidad del compromiso hasta que el estado físico se lo permitió, de a poco se fue quedando sin aire y basculó, fue en ese momento cuando aparecieron los mejores minutos de Junior que generó varias opciones de gol desde la individualidad, José Enamorado estuvo a cargo de las transiciones, Víctor Cantillo en un momento de confianza eliminó rivales y de frente a portería la mandó por arriba, Carlos Bacca desperdició una oportunidad de frente al arco y Luis Cariaco González probó de media distancia.
Parecía que el gol del ‘tiburón’ estaba por caer y sería al minuto 75 cuando llega la opción más clara, la cual pudo haber significado la victoria para Junior, mano punible en el área, que el central después de ser llamado por el VAR, decidió pitar como penal. Justo en ese momento con decisiones internas, Junior comenzó a dejar en evidencia el nerviosismo que lo consumía, Carlos Bacca, goleador y referente, decidió no hacerse cargo de la ejecución, el ‘killer’ Marco Pérez, quien ya se encontraba en cancha, tampoco quiso tomar esa responsabilidad y sería finalmente Luis Cariaco González quien se pararía frente a los doce pasos para ejecutar la pena máxima.
La mala fortuna se inclinó del lado del conjunto barranquillero, pues Cariaco intentó recostarla mucho hacia el palo derecho de Alexander Domínguez, y terminó estrellando el balón en el palo.
Así Junior volvió a dejar pasar la oportunidad de sumar tres puntos en casa y se complicó en su zona, aunque el empate lo mantiene líder con 5 puntos, podría perder el liderato si Universitario vence a Botafogo, Además, en casa solo sumó 2 puntos de 6 posibles ante rivales directos (Universitario y Liga de Quito), motivo por el cual estará obligado a conseguir los puntos en plazas difíciles como el Monumental de Perú y el Rodrigo Paz Delgado de Quito.
Alexander Cortés