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El naipe de la muerte: la trágica pérdida de Cliff Burton de Metallica

El mundo de la música aún llora la pérdida de Cliff Burton, el talentoso bajista de Metallica, quien falleció hace 37 años en un trágico accidente de autobús. Aunque el tiempo ha pasado, su legado perdura, y cada vez que resuenan los riffs de Metallica, su ausencia sigue generando un nudo en la garganta de los fanáticos.

El fatídico sábado 27 de septiembre de 1986, el mundo del metal se sumió en la oscuridad y el dolor cuando Cliff Burton perdió la vida a la temprana edad de 24 años. La causa de su muerte fue una compresión torácica, resultado de un accidente de autobús que marcó un antes y un después en la historia de la música.

En ese momento, Metallica estaba en la cima de su carrera con el éxito arrollador de “Master of Puppets” (1986), considerado uno de los mejores discos de thrash metal de todos los tiempos. El 26 de septiembre, la banda se presentó en Estocolmo en un concierto especial donde James Hetfield, quien previamente se había fracturado el brazo, hizo estremecer al público con su voz y sus inconfundibles riffs de guitarra.

El recuerdo imborrable de esa noche se debe a Cliff, quien, al estilo de Jimi Hendrix en Woodstock, sorprendió a todos al tocar un magistral solo de bajo en el Himno Nacional de Estados Unidos, “Star Spangled Banner”. La presentación culminó con una interpretación memorable de “Blitzkrieg” (1985), una canción de la banda británica Blitzkrieg, o quizás, según algunos asistentes, “Fight Fire with Fire” (1984) de su propio repertorio.

Con un emotivo “muchas gracias Estocolmo… esperamos regresar muy pronto”, Metallica concluyó su actuación, sin sospechar que sería la última vez que verían a Cliff Burton en el escenario.

El destino tenía preparada una cruel sorpresa en Copenhague. La banda eligió sus camas al azar esa noche usando una baraja de cartas, y Cliff sacó el as de picas, conocido como el “naipe de la muerte”. Optó por el lugar que solía ocupar Kirk Hammett. A las 6:15 a.m. del 27 de septiembre de 1986, el autobús en el que viajaban perdió el control y se volcó. En medio del caos, Cliff Burton fue arrojado del vehículo y este terminó cayendo sobre él, cobrándose su vida.

El dolor y el shock se apoderaron de los miembros de Metallica. James Hetfield y Kirk Hammett recuerdan la tragedia con angustia, mientras intentaban en vano salvar a su amigo. A pesar de sus esfuerzos por levantar el autobús, este volvió a caer sobre el cuerpo inerte de Cliff.

El conductor del autobús culpó a las placas de hielo en la carretera, pero el informe policial posterior desmintió esta versión, afirmando que no había hielo en el camino, a pesar de la temperatura de 3.7 grados.

La partida de Cliff Burton dejó una huella indeleble en la comunidad del metal. Bandas como Slayer suspendieron conciertos, Anthrax dedicó su álbum “Among the Living” (1987) en su honor, y Jon Zazula, el productor de “Kill ‘em All”, lo recordó como un “amigo para siempre”. Incluso su excompañero de banda Dave Mustaine, líder de Megadeth en ese momento, le rindió homenaje con la canción “In My Darkest Hour” (1988).

Metallica honró a Cliff al hablar con sus padres y regresar a los escenarios seis semanas después de su muerte, con Jason Newsted como bajista. En 1988, lanzaron el VHS “Cliff ‘em All!”, que recopila momentos memorables de Cliff con la banda, incluyendo su poema y riffs inacabados en la canción “To Live is to Die” (1988).

Para recordar a este legendario bajista, aquí hay algunos datos curiosos: Cliff Burton comenzó tocando el piano a los seis años y, tras la muerte de su hermano David en 1975, se propuso convertirse en el mejor bajista para honrar su memoria. Superó todas las expectativas y fue catalogado como uno de los 10 mejores bajistas de la historia según Rolling Stone. Su canción favorita era “Master of Puppets” y su frase “Kill ‘em all” inspiró el nombre del disco debut de Metallica.

Cliff Burton, influenciado por una amplia gama de músicos, dejó un legado perdurable en la historia del rock y el metal. A pesar de su partida prematura, su música y su espíritu siguen vivos en el corazón de los fanáticos de Metallica y de la música en general.

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