La periodista y jefe de prensa del Centro Internacional de Agricultura Tropical, CIAT, Adriana Varón, narró para el Portal Informativo de Colmundo Radio los días más difíciles que ha enfrentado en su vida tras resultar positivo para Covid-19.
La comunicadora aseguró que está son de esas paradojas de la vida porque fue muy juiciosa guardando la cuarentena y que sólo salió de casa unas tres veces y que en una de esas ocasiones contrajo el virus.
Agregó que lleva 4 meses en casa en teletrabajo. “No obstante fui a una cita odontológica donde los protocolos de bioseguridad incluso me parecen exagerados. Luego pasé a una panadería y un parqueadero, y no dejo de pensar un solo momento donde pudo haber sido el contagio”, comentó
Aseguró que esto es como si le hubiera a uno pasado una aplanadora porque se teme por la vida.
Asimismo manifestó que uno de los momentos más difícil fue cuando conoció que su compañero William Pedroza de seguridad del CIAT si murió por el coronavirus. “Esto cada vez suma más casos”, expresó.
Narró para Colmundo que cuando empezó a sentir el malestar le dolió la cabeza, tuvo decaimiento, perdió el olfato y el gusto.
“Las noches son muy largas y complicadas porque uno no se quiere dormir por el temor de no volver a despertar y eso no podía pasar porque tengo dos niños aún para cuidar. No tuve necesidad de ir a una clínica, gracias a Dios. Aún siento por momento ahogo”, manifestó.
Asimismo indicó que solo tomó Acetaminofen, agua de jengibre, bebidas calientes y una doctora la llamó y le dio un remedio natural para limpiar vías respiratorias y que consistía en licuar y luego colar: cebolla cabezona morada, ajo, y limón, para tomar unas tres veces al día.
Destacó que sin lugar a dudas la familia es clave para estos procesos de recuperación. Todo el tiempo sentí el amor de mi familia.
Colmundo Radio cita a continuación de manera textual, el mensaje con el que Adriana Varón contó a sus amigos en la red social de Facebook que fue positivo para Covid-19:
Hola mis queridos amigos.
Quería compartirles que hace seis días fui declarada RECUPERADA del Covid-19. La verdad, quería decirlo antes, pero me daba vergüenza contar lo mío, que es tan mínimo comparado con lo que muchos están pasando en esta pandemia. Pero bueno, lo viví y estoy aquí para contarlo.
Fueron tres difíciles semanas donde sufrí desde el popular dolor de garganta hasta la horrible pérdida del gusto y olfato, pasando por náuseas, dolor de cabeza, dolor en los huesos, ahogo. Creo que esto fue lo más complicado, me daba miedo quedarme dormida y no volver a despertar. El bombillo encendido me acompañaba en las largas noches. Y en las mañanas y sus tardes reinaba el decaimiento. El temido coronavirus estaba en mí.
Cuando me llamaron para confirmar que era "Positiva para Covid", en ese momento viví un cóctel de sensaciones y preguntas: miedo, ¿y si este virus me mata? Las más de 300 muertes diarias que reportan los noticieros en Colombia no ayudan. Culpa, ¿dónde me contagié?, si llevamos tres largos meses confinados, ¿en qué fallé? Incertidumbre y angustia. ¿Y mi familia? ¿Y si los contagié a todos?
Empezó la aventura del aislamiento. Los síntomas no pararon nunca, unos días más fuertes que otros. Pero también llegó lo más difícil. Una puerta me separaba de mi esposo, de mis hijos, de la vida. Iban pasando los días. Y las marcas diarias de mis hijos en un improvisado calendario decían que íbamos bien, que el día 14 llegaría pronto. Y llegó. Adiós coronavirus!!! y gracias por dejarme, a pesar de todo, una nueva experiencia en este inolvidable 2020. Gracias por permitir reafirmar mi fe en Dios, por el amor incondicional de mi esposo, de mis hijos, de toda mi familia, por el cariño de mis amigos y compañeros de trabajo, por la calidez de los médicos que estuvieron pendientes de mi evolución a través de la pantalla de un celular. Gracias por las notas de mi hijo Sergio donde me recordaba que soy "Una Varón"; por las charlas nocturnas con Andrés, donde, desde la distancia y con tapabocas, nos prometíamos que saldríamos de esta. Gracias porque hiciste que mi hija María Juliana le perdiera el miedo a la cocina, por sus reconfortantes aguas de jengibre caliente de cada noche, por sus shots de cebolla, ajo y limón, por su delicioso sudado (con mejor pinta del que fue tendencia por estos días en las redes, se los aseguro).
Uno de mis jefes me bautizó: la Renacida y sí, renací para mi familia, mis amigos, mi trabajo...
Un abrazo fraterno a todos aquellos que pasan por esta situación, a quienes han perdido a un familiar o a un amigo por culpa de la pandemia. Especialmente a la familia de mi compañero William Pedroza. Valiente hasta el final.
Cuídense familia y amigos.
Y perdón por lo largo de esta historia...