El camino hacia la paz en Colombia avanza con la instalación de la mesa de negociación entre el Gobierno y las disidencias de las Farc en Tibú, Norte de Santander. Esta histórica reunión, que se ha mantenido en secreto durante 14 meses y ha tenido 25 encuentros, representa un paso significativo hacia la reconciliación en el país.
El comisionado de Paz, Danilo Rueda, resaltó la importancia de este proceso al afirmar que “se cuenta con tres meses para avanzar en este proceso de paz, es un periodo de prueba que enfrentará el Gobierno y las disidencias de las Farc, frente a la gran expectativa que tiene la población civil.” Estas negociaciones prometen llevar a Colombia hacia un futuro más pacífico y estable.
En el marco de la instalación de la mesa de diálogos, se dieron a conocer detalles cruciales. Se establecieron cinco puntos en diferentes departamentos del país: Nariño, Cauca, Guaviare, sur de Bolívar y la zona del Catatumbo en Norte de Santander. En estas regiones se ubicarán los espacios territoriales donde se instalarán los puntos de verificación y monitoreo del cese de fuego bilateral.
Danilo Rueda, el alto comisionado, enfatizó que “estamos en el momento propicio de encontrar la paz, se requiere solamente la voluntad de ustedes y de nosotros, es el tiempo de la palabra y no de las armas para afirmar ideas políticas.” El anhelo de la población civil es que estas conversaciones fructifiquen y traigan la paz tan anhelada.
En este proceso, la población civil tiene un papel crucial, y el delegado de paz del Gobierno, Camilo Posso, subrayó que “el punto más difícil fue vincular a la población civil en este proceso de paz, se debe respetar a la población civil, garantizar todos sus derechos en su movilidad, en sus bienes y estadía en el territorio.” La protección de los derechos de la población será esencial para el éxito de este proceso.
El decreto que reglamenta el cese al fuego bilateral fue presentado, estableciendo que comienza a las 00:00 de este martes 17 de octubre y culmina a las 24 horas del 15 de enero del 2024. Durante este tiempo, se espera que se logren avances significativos hacia una paz duradera.
Además, el proceso busca no solo el cese de hostilidades, sino también la justicia social para las comunidades campesinas e indígenas. Contará con un sistema de verificación para asegurar que se respeten los derechos de todos los ciudadanos y se promueva un ambiente de paz y prosperidad en todo el país.
La comunidad internacional también está comprometida con el proceso de paz en Colombia. En la instalación de la mesa de diálogos participaron representantes de países garantes como Irlanda, Noruega, Suiza y Venezuela, de la Unión Europea, de las Naciones Unidas, la Iglesia Católica y miembros de la misma comunidad. Todos ellos respaldan el esfuerzo por alcanzar una paz sostenible en Colombia.
Estas negociaciones representan un rayo de esperanza en el horizonte de Colombia, y la población civil y la comunidad internacional están observando de cerca con la esperanza de que se logre una paz duradera en este país sudamericano.