En un hecho sin precedentes en la reciente historia política de Corea del Sur, el Parlamento destituyó este sábado al presidente Yoon Suk-yeol, tras su fallido intento de instaurar la ley marcial el pasado 3 de diciembre. La votación en la Asamblea Nacional culminó con 204 votos a favor de su destitución, de un total de 300 diputados, lo que deja al mandatario inhabilitado de forma inmediata mientras el Tribunal Constitucional evalúa la validez del proceso.
“Me siento profundamente frustrado (…) pero ahora debo dar un paso al costado por un tiempo”, declaró Yoon Suk-yeol en un discurso televisado tras conocerse la decisión parlamentaria. La medida representa un golpe contundente para su administración, que ya había enfrentado una moción de censura el pasado 7 de diciembre, superada entonces gracias a la abstención de miembros de su propio partido.
El intento de la ley marcial: la raíz de la crisis
El mandatario surcoreano quedó en el centro del huracán político la noche del 3 de diciembre, cuando ordenó declarar la ley marcial alegando la necesidad de proteger al país de “fuerzas comunistas norcoreanas” y “elementos hostiles al Estado”. Sin embargo, su decisión fue rápidamente rechazada por los diputados, quienes lograron votar en contra a pesar de que soldados habían cerrado temporalmente el Parlamento por órdenes presidenciales.
El Partido del Poder Popular (PPP), al que pertenece Yoon, intentó frenar la moción de destitución con una reunión de última hora para fijar una postura oficial. Sin embargo, el esfuerzo resultó infructuoso, ya que varios de sus integrantes, incluidos siete que públicamente apoyaron la destitución, votaron en contra de su propio líder.
Transición de poder y próximos pasos
De forma interina, el primer ministro Han Duck-soo asumió la jefatura de Estado y Gobierno. Mientras tanto, el Tribunal Constitucional tiene un plazo máximo de 180 días para determinar si Yoon violó la Carta Magna con su decisión de imponer la ley marcial. Si el fallo confirma esta infracción, se convertirá en el segundo presidente surcoreano destituido por un proceso democrático, luego de que Park Geun-hye enfrentara un destino similar en 2017 por un caso de corrupción.
Por otro lado, los antecedentes del liberal Roh Moo-hyun, quien fue destituido en 2004 por el Parlamento pero posteriormente restituido por el Tribunal Constitucional, mantienen la incertidumbre sobre el desenlace final para Yoon Suk-yeol.
Protestas y celebraciones en las calles
Fuera del Parlamento, al menos 200.000 personas se congregaron para exigir la destitución del presidente. La decisión del Legislativo fue recibida con vítores y celebraciones entre los manifestantes, quienes consideran esta destitución un triunfo de la democracia y una señal de control frente a posibles abusos de poder.
El futuro político de Corea del Sur permanece incierto mientras el Tribunal Constitucional analiza el caso. Sin embargo, la destitución de Yoon marca un hito que evidencia la fortaleza de las instituciones democráticas en el país asiático, capaces de actuar incluso frente a sus máximos representantes.
Humberto ‘Toto’ Torres