Hamas declaró recientemente que aceptó una propuesta egipcio-qatarí para un alto el fuego y un acuerdo sobre los rehenes en Gaza, que incluye un alto el fuego, la retirada completa de los soldados israelíes de Gaza, un intercambio de cautivos, la reconstrucción del territorio y el levantamiento del bloqueo israelí al enclave. El acuerdo se dividiría en tres fases, cada una de 42 días de duración.
Ismail Haniyeh, jefe de la oficina política de Hamas, afirmó que comunicó al primer ministro de Qatar y al ministro de Inteligencia de Egipto que el grupo combatiente aceptó sus propuestas de alto al fuego y de acuerdo sobre los rehenes. La oferta de Hamas comenzaría con la liberación de 33 rehenes de Israel a cambio de cientos de prisioneros palestinos, todo por un espacio de 42 días y terminaría con la reconstrucción de Gaza.
El anuncio de Hamas fue recibido inicialmente con alegría en Gaza y con cautela por parte de los líderes regionales, tras ser presentado como la aceptación de una propuesta israelí. Pero Israel emitió lo que parecía una posición de espera, afirmando que la postura de Hamas estaba “lejos” de satisfacer sus demandas.
En ese sentido, funcionarios estadounidenses han rechazado el anuncio de Hamas de haber “aceptado” la propuesta inicial, sino que, por el contrario, han hecho una contrapropuesta con varios cambios. Por lo tanto, esta situación requiere evaluación y más negociación.
Israel afirma que el acuerdo ofrecido por Hamas no es el que Israel ayudó a elaborar con Egipto la semana pasada, y Benny Gantz, miembro del gabinete de guerra, declaró el lunes que la versión de Hamas “no se corresponde con el diálogo mantenido hasta ahora con los mediadores y presenta importantes lagunas”.
Mientras Israel continúa con una intervención en Rafah, al sur de Gaza, realizando ataques aéreos el lunes y tomando control del territorio. Funcionarios israelíes han comunicado que enviarán una delegación a El Cairo, mediadores egipcios y qataríes, a fin de comprender mejor la propuesta y determinar si puede forjarse un acuerdo, para evaluar la postura de Hamas. Por su parte, el director de la CIA, Bill Burns, también llegó a El Cairo, para evaluar la situación.
Los expertos afirman que ambas partes presionan con exigencias desmesuradas porque de ello depende su supervivencia política. Por su parte, Benjamin Netanyahu se encuentra en una situación difícil. Se enfrenta a la intensa presión de sus aliados internacionales más cercanos y de las familias de los rehenes israelíes para que acepte un acuerdo de alto el fuego y evite una invasión a gran escala de Rafah, así como a la necesidad de obligar a los partidarios de la línea dura de su frágil coalición, que no quieren que se detenga hasta que Hamas sea eliminado.
Paola Martínez Burgos