Gabriel Enrique González Cubillos, el hombre responsable del asesinato de su hijo de cinco años en Melgar, por una venganza en contra de su exesposa, falleció este lunes en la noche en Ibagué.
Según las primeras investigaciones González Cubillos sufrió un paro cardiorrespiratorio tras un problema que tuvo con una intoxicación al interior de la prisión.
“Al parecer, intentó quitarse la vida ingiriendo un sinnúmero de medicamentos. Al observar esta novedad es remitido al área de sanidad del Coiba de Picaleña, estos lo envían al hospital Federico Lleras Acosta”, informó Alejandro Durán, presidente del sindicato de trabajadores del INPEC en el Tolima.
“Se generaron todas las atenciones correspondientes, de acuerdo a su ingreso, donde al parecer era una ingesta de medicamentos, aproximadamente 350 tabletas. Efectivamente tuvo un episodio médico y una hipotensión, por lo que requirió ser llevado a la unidad de cuidados intensivos”, añadió Luis Eduardo González, gerente del hospital Federico Lleras Acosta.
Hasta el momento se conoce que González Cubillos se encontraba en la unidad de cuidados intensivos (UCI) desde las 9:30 p.m. del domingo 26 y falleció a las 8:30 p.m. de este lunes, según el informe del Inpec.
Los hechos cometidos por este sujeto, conmocionaron al país por la crueldad con la que asesinó a su hijo, Gabriel Esteban. Esto ocurrió el 4 de octubre de 2022, cuando González Cubillos estaba con su hijo en un hotel de Melgar, a donde lo llevó tras planear el crimen por varios meses.
Este asesino, momentos antes de perpetrar el crimen le entregó a su exesposa una USB con videos en los que le anunciaba lo que haría con su hijo. “En ese video le decía que iba a matar al niño y luego me suicidaría (…) La llamé y le dije que buscara, que le advertí y no hizo caso”, expresaron las autoridades tras su captura.
Después de enviar el video, González Cubillos asfixió al niño con una almohada. El hombre pasó tres horas al lado del cuerpo y, según él, intentó suicidarse, pero no lo consiguió. “Cuando lo asfixié fui al baño, pero no encontré con qué ahorcarme. Así que tomé 40 pastillas que llevaba en un frasco y que supuestamente eran fulminantes, pero no pasó nada”, afirmó.
Finalmente, en noviembre, un juez lo condenó a 45 años de prisión, sin posibilidad de rebajas de pena debido a que la víctima era menor de edad.
Redactado por Sara Camila Fajardo