A penas en septiembre pasado, Lizz Truss, fue confirmada líder del Gobierno y reemplazó a Boris Johnson; De manera sorpresiva y para otros insostenible, anunció este 20 de octubre que se apartará del cargo.
Frente a la emblemática Downing Street, la líder del gobernante Partido Conservador hizo el anuncio, luego de que su fracasado plan fiscal provocara un colapso en los mercados. Asimismo, pesó el rol negativo que desempeñó la salida de dos ministros clave de su gabinete y lo que la llevó a perder la confianza de casi todos los parlamentarios de su propio movimiento.
La aún líder del Gobierno aseguró: “No puedo cumplir el mandato por el que fui elegida por el Partido Conservador”.
La primera ministra, quién ha presentado su renuncia 45 días después de llegar al cargo y se convierte en la primera ministra con menos tiempo en el puesto en la historia de Reino Unido, seguirá en sus funciones hasta que sea elegido un sucesor.
Truss, afirmó que conversó con el rey Carlos III para notificarle su dimisión y agregó en su declaración: “Esto asegurará que permanezcamos en el camino para cumplir con nuestros planes fiscales y mantener la estabilidad económica y la seguridad nacional de nuestro país”.
Asimismo, la renuncia de la primera ministra ocurre justo un día después de que ante el Parlamento asegurara que no renunciaría, al señalar que es “una luchadora” y no “una desertora”.
Sin embrago, La primera ministra se vio acorralada y optó por hacerse a un lado. El influyente Comité 1922, que supervisa la elección al liderazgo del Partido Conservador británico, se reunió en horas de la mañana de este 20 de octubre para evaluar la crisis en el Ejecutivo.
En lo ordenado por la legislación del país, la votación para un nuevo líder de Gobierno debe ser convocada dentro del partido político gobernante, como ocurrió para nombrar a la sucesora de Johnson. Sin embargo, la oposición pide elecciones generales, con la opción de que el cargo recaiga en otro partido.