La propuesta se da en medio del desinterés de la comunidad internacional para proveer armamento bélico a Kiev.
El mandatario ucraniano, Volodímir Zelenski, ha puesto sobre la mesa, por primera vez desde que comenzó la guerra, la posibilidad de negociar con Rusia una tregua parcial que reduzca la intensidad del conflicto. “Nosotros no atacamos su infraestructura energética y ellos no atacan la nuestra. ¿Podría llevar esto a un final de la fase caliente de la guerra? Yo pienso que sí”, expresó el presidente.
Fuentes cercanas al conflicto darían cuenta de que representantes de Ucrania y de Rusia ya habrían iniciado contactos para este cese de los ataques mutuos contra objetivos relacionados con la energía, en busca de garantías a Kiev para afrontar el invierno sin nuevos bombardeos a sus centrales eléctricas. A su vez, esto terminaría con la destrucción, por parte de drones ucranianos, de refinerías rusas.
Estos acercamientos para llegar a posibles acuerdos serían la reanudación de un proceso que ya se habría iniciado meses atrás y el cual contó con la mediación de Catar, que aún sigue facilitando los contactos y que descarriló, según se dijo en su momento, debido al comienzo, a principios de agosto, de la operación transfronteriza ucraniana en el óblast ruso de Kursk, donde hoy Kiev controla una parte del territorio.
Garantizar la seguridad energética es uno de los diez puntos principales de la conocida ‘Fórmula de la Paz ucraniana’, un documento que integra diez propuestas, entre las que destaca la exigencia de que Rusia se retire de todos los territorios que ocupa en Ucrania. Este mismo documento fue discutido en una primera cumbre internacional para abordar la guerra, celebrada en junio en Suiza.
En cuanto a la seguridad energética (concretamente la nuclear), fue, junto a la demanda de habilitar la libertad de navegación en el mar Negro y el mar de Azov para garantizar las exportaciones alimentarias, uno de los tres puntos incluidos en el comunicado final, que fue firmado por alrededor de 80 países y organizaciones internacionales.
El tercer punto avalado por los dignatarios fue el que propone la liberación de todos los prisioneros de guerra de ambos bandos y el retorno a territorio ucraniano de los adultos en cautiverio ruso y de los niños deportados o desplazados.
Ahora bien, en cuanto al Plan de la Victoria presentado por Kiev, pide a sus aliados que doten de inmediato al Ejército ucraniano de suficiente material militar y armamento de largo alcance para poder estabilizar el frente y empezar a atacar de manera más sistemática territorio ruso.
Según las estimaciones ucranianas, si sus principales socios materializan el plan, Rusia se vería obligada a sentarse a negociar la Fórmula de Paz en una segunda cumbre internacional, la cual Ucrania busca organizar antes de finalizar el año.
Lo cierto es que, en medio de las tensiones, ninguno de los aliados de Ucrania con la capacidad de proporcionar este nivel de ayuda militar ha mostrado interés en suministrar apoyo a Kiev, que, de momento, ha de conformarse con seguir a la defensiva en el frente mientras se abre a un compromiso puntual que no pondrá fin a las hostilidades, pero ayudaría a ambas partes a sobrellevar el desgaste de dos largos años de conflicto bélico.
Juan Joya