Durante una inspección técnica realizada a 43 Comandos de Atención Inmediata (CAI) de la ciudad, con el fin de evaluar su grado de afectación, producto de los ataques que han sufrido en el último mes; la Contraloría de Bogotá evidenció serios daños en su infraestructura y mobiliario, cuyo costo de reparación superaría los $1.300 millones.
Los 43 comandos afectados en la ciudad, equivalen al 27% de los que actualmente existen, y se encuentran ubicados en 14 de las 20 localidades de la capital. Sin embargo, 38 de estos siguen operando.
Según Andrés Castro Contralor de Bogotá, el mayor impacto se concentra en los comandos de las localidades del centro, sur y occidente de la ciudad, donde se han presentado el mayor número de manifestaciones.
“Esto lo hemos cuantificado según los valores que nos ha entregado la Secretaria de Seguridad para la recuperación de los CAI que han sido afectados y de los cuales hemos establecido que cerca de $1.300 millones costaría su reparación” expresó Castro.
De igual manera, el Contralor indicó que se necesitarán cerca de 6 meses para reconstruirlos y con los recursos que se invertirán en su reparación, se podrían entregar algo más de 2.170 ayudas del programa ‘Ingreso mínimo garantizado’.
En 2020, según cifras de la Secretaría Distrital de Seguridad, Convivencia y Justicia, reparar cada comando destruido costó $ 20.274.993 y cada comando incinerado, $ 60.804.296. Para entonces, 70 CAI presentaron daños considerables.
En sus visitas, el ente de control halló 12 comandos totalmente destruidos y 31 con algún grado de afectación. De los 43 comandos, 36 presentan afectaciones en sus vidrios blindados; 33, en sus condiciones de iluminación; 31, en sus muros de fachada; 24, en su sistema de comunicación; 40, en su sistema de cámaras de vigilancia; 32 tienen daños en cerraduras; 28, puertas averiadas; 30 presentan afectaciones en sus acometidas eléctricas y 27, en sus acometidas hidráulicas. Adicionalmente, se observó la sustracción o daño de elementos para la atención a la ciudadanía como: sillas, mesas, teléfonos, casilleros y extintores, entre otros.
“Es importante trabajar de la mano con la ciudadanía para recuperar su confianza en la Policía y en las instituciones; para mejorar la convivencia y proteger la infraestructura de seguridad, la cual es indispensable para la ciudad”, puntualizó el Contralor de Bogotá.