Vivimos en un mundo lleno de problemas, inmerso en muchas dificultades, donde nadie puede resolver la cantidad de situaciones complejas que está presentando la humanidad, la razón es muy sencilla, al ser humano le cuesta reconocer verdaderamente al Creador, al dueño de la vida, al único que “SÍ” puede dar solución a todo este desorden que hemos causado… a Dios.
El plan de Dios para nosotros, es que tengamos una vida con sentido y felicidad, pero paulatinamente, la humanidad se ha alejado de Dios, desechando así, la mejor oportunidad que tenemos para disfrutar la vida, definitivamente, este no es el mundo que Dios diseñó para nosotros.
Y no queréis venir a mí para que tengáis vida.
Juan 5:40
La invitación de Dios por medio de Jesús es muy directa y muy clara: Tener a Cristo, es tener vida y tener esperanza que todo va a cambiar, es creer y confiar que Dios va a actuar para bendecirnos.
La esperanza según el diccionario Larousse: Es la confianza en lograr una cosa o en que ocurra algo deseado.
Sin duda alguna, cuando hablamos de hombres que confiaron en Dios, hombres de fe, hombres de éxito, no podemos dejar de hablar de un hombre que realmente nos inspira a seguir sin desmayar; arraigados a los principios contenidos en la palabra poderosa de Dios y ese hombre es Abraham, el amigo de Dios.
Él creyó en esperanza contra esperanza, para llegar a ser padre de muchas gentes, conforme a lo que se le había dicho: Así será tu descendencia.
Romanos 4:18
Aprendamos algunas lecciones de Abraham para ponerlas en práctica en nuestras vidas y poder vivir mucho mejor:
Hoy es un buen día para meditar sobre nuestra vida y cómo estamos enfrentando los problemas; quizás, muchos se han debilitado por lo dura que ha sido la batalla, seguramente, la armadura que llevan puesta ya está desgastada, y sienten que está cerca el fracaso porque aún no has visto el cumplimiento de las Promesas de Dios.
Pero tengo buenas noticias, el Dios de Abraham es el mismo al cual tú sigues y sirves, es el mismo Dios al cual has creído y nunca te abandonará, porque Él cumple fielmente sus PromesasUna respuesta para los problemas
Escrito por Édgar Jaimes