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Un vacío llamado papá

“Tener hijos no lo convierte a uno en padre, del mismo modo en que tener un piano no lo vuelve pianista”. 

-Michael Levine- 

El desequilibrio que azota nuestra sociedad se debe en gran medida a una crisis de paternidad. La disolución de la familia es una de las heridas más dramáticas que está afrontando la humanidad y probablemente, por sus consecuencias, la que mejor explica la crisis de la sociedad contemporánea. Uno de los resultados de esta disolución familiar es la descomposición de la figura paterna que se ha vuelto ausente. 

El número de niños que está creciendo sin la figura paterna va en aumento, los índices de divorcios están creciendo y en la mayoría de los casos son las madres las que quedan con la custodia de sus hijos; por otro lado hay muchas mujeres y hombres que deciden tener hijos solos porque no creen en el matrimonio y no quieren casarse o establecer una relación de pareja, porque dicen que “es mejor solo que mal acompañado”, estas son algunas de las razones por las cuales se ha vuelto frecuente la ausencia del padre. 

Para explicar esta situación tenemos que decir que cada vez hay más familias monoparentales en el mundo. Colombia no es la excepción, ya que hoy por hoy este es el tipo de familia de más rápido crecimiento, alcanzando un 38%. Esto tiene un impacto emocional, tanto en los niños que crecen sin padre como en la sociedad que los cobija; la ausencia del padre puede ser física ya sea por fallecimiento o porque no se hace responsable de los hijos, también están los casos en que, aunque el padre esté presente no tiene ninguna conexión emocional con ellos, son padres presentes-ausentes. 

Seguramente te estarás preguntando ¿Qué consecuencias puede traer esto sobre la vida de los hijos que experimentan ese vacío de paternidad? Pues bien, los niños que crecen sin padre presentan un mayor riesgo de trastornos de su salud mental, de tener dificultades para controlar sus impulsos, de ser más vulnerables a la presión de sus padres y de tener problemas con la ley. 

Además los niños que crecen sin padre pueden presentar diversos problemas, según un estudio realizado por la Pontificia Universidad Javeriana, algunos de ellos son los siguientes: déficit de atención y bajo rendimiento escolar, miedo al abandono, abuso de sustancias psicoactivas, aislamiento social, problemas emocionales tales como ansiedad, depresión o agresividad, baja autoestima, vacío emocional y dificultades para relacionarse con otros niños. 

Si queremos una sociedad más estable y saludable mentalmente, es urgente y prioritario que los padres asuman su papel  convirtiéndose en padres presentes, funcionales y racionales. No olviden que la función primordial de un padre es amar, educar, y corregir a sus hijos. 

Si este artículo te ha interesado y deseas ampliar el conocimiento sobre el valor y la importancia de la figura paterna en el desarrollo y formación de los hijos, te recomiendo leer el libro del doctor Néstor Chamorro ‘Teoterapia de Dios papá’ de la editorial Publimundo. 

Si deseas entrenamiento y acompañamiento para cumplir cabalmente con la función de padre, te invito a participar de las reuniones de parejas que se llevan a cabo en todos los centros de Teoterapia de la ICT. Visita nuestra página web www.soyict.org para que averigües la sede más cercana a tu residencia. 

Escrito por Jaime Dueñas