Después de más de un año de enfrentamientos entre Israel y la milicia chiita libanesa Hezbolá, la diplomacia internacional logró mediar un alto el fuego entre ambas partes. El anuncio fue realizado por el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y confirmado posteriormente por el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, quien calificó el acuerdo como “un paso significativo hacia la paz”, aunque advirtió que Israel mantiene su “derecho a la autodefensa” en caso de incumplimiento.
El cese el fuego, que entró en vigor a las 4:00 a.m. (hora local) del 27 de noviembre, contempla una primera fase de 60 días. Durante este período, las fuerzas israelíes se retirarán de manera progresiva del sur de Líbano, una zona invadida por el Ejército israelí desde octubre pasado. Por su parte, Hezbolá se compromete a replegar sus tropas hacia el norte del país, dejando la seguridad de la frontera sur en manos del Ejército libanés y la fuerza de paz de la ONU (UNIFIL).
Claves del acuerdo
El pacto establece que Israel cesará todas las operaciones militares en territorio libanés, incluyendo ataques a objetivos civiles, mientras Hezbolá detendrá sus hostilidades contra el Estado judío. A cambio, el Ejército libanés desplegará 5.500 tropas al sur del río Litani para garantizar la estabilidad en la región.
Asimismo, la tregua busca facilitar el regreso de los desplazados por el conflicto. En Israel, los habitantes del norte comenzarán a regresar a sus hogares de manera paulatina. En Líbano, donde la infraestructura ha sido severamente afectada, el retorno será más complejo pero se espera que el acuerdo allane el camino.
Objetivos estratégicos de Israel
Netanyahu explicó que el cese el fuego permitirá a su Gobierno concentrarse en tres prioridades: fortalecer la seguridad frente a Irán, debilitar a Hamás y rearmar a sus tropas. Según el primer ministro, el aislamiento de Hamás es una de las victorias estratégicas del acuerdo, ya que Hezbolá ha sido un aliado clave de la milicia palestina en Gaza.
Incertidumbres y posibles riesgos
A pesar del optimismo, la tregua está condicionada a su cumplimiento por ambas partes. Netanyahu advirtió que cualquier “agresión” por parte de Hezbolá será respondida con fuerza. El ministro de Defensa israelí, Israel Katz, fue más explícito al señalar que una falla del Ejército libanés o de la UNIFIL en garantizar el control del sur podría desencadenar nuevos ataques.
Por su parte, Biden reafirmó el respaldo de Estados Unidos a Israel, dejando claro que el apoyo militar sigue vigente en caso de que la tregua sea violada.
Contexto y próximos pasos
Este acuerdo representa un alivio momentáneo en un conflicto que se intensificó tras los ataques de Hamás en octubre de 2023, los cuales desencadenaron una ofensiva israelí que se extendió a Líbano. Según cifras oficiales, los enfrentamientos han dejado más de 3.768 muertos y 1,2 millones de desplazados en territorio libanés.
La comunidad internacional seguirá de cerca la implementación del acuerdo, con Estados Unidos y Francia liderando una misión de monitoreo para verificar su cumplimiento.
Aunque el alto el fuego promete generar estabilidad en la frontera entre Israel y Líbano, el futuro de la paz en la región dependerá de la capacidad de ambas partes para honrar sus compromisos.
Sala Digital Colmundo