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Trabaja y lo alcanzarás.

Por: John Didier Rodríguez

Los deportistas colombianos son unos valientes y siempre lo dejan todo en cada competencia. El deportista es un ejemplo de lo que una persona debería de ser porque hace las cosas con disciplina, pasión y amor.

 Es así como me sorprendió ver el titular de una noticia en un portal web: “Supermán López, la eterna decepción del ciclismo colombiano”. Y justo a los dos días el pedalista de Pesca, Boyacá, se ganó la etapa reina del Tour de Francia, considerada la carrera por etapas más importante del mundo y estuvo con muy buenas opciones de quedar en el pódium de la competencia, algo que ya ha conquistado en el pasado tanto en la vuelta España como en el Giro de Italia.

Desconozco la razón que motivó a este periodista para dar el calificativo a este deportista colombiano pero sirve como ejemplo para decir que así solemos ser la mayoría de las veces con las demás personas porque resulta muy fácil sentarse en silla a emitir juicios sobre los demás como lo dice la Palabra de Dios en el Salmo 1:1  “Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni en silla de escarnecedores se ha sentado”.

Más allá de esta situación donde al comunicador le tocó recoger sus palabras, quiero llamar la atención de lo que es y representan los deportistas porque siempre dan lo mejor y alcanzan metas y logros basados en su trabajo, en sus hábitos, y en su perseverancia. Ellos nos enseñan que así deberíamos asumir nuestra vida y nuestro trabajo.  

Siguiendo con el tema del ciclismo, está el caso del francés  Julian Alaphilippe, quien antes del tour dijo que aspiraba a ganar una etapa y estar vestido de amarillo y lo logró. Y para el mundial de ruta señaló que aspiraba estar entre los primeros al subir el último ascenso y por ende estar para disputar la línea de meta y lo alcanzó obteniendo la medalla de oro en estas justas del 2020.

Eso demuestra dos cosas. Una que cada día es una nueva oportunidad. Y que se debe trabajar para lograrlo. La Palabra de Dios en el Salmo 118:24 dice “Este es el día que hizo Jehová; nos gozaremos y alegraremos en él”. Y dos que no debemos sentirnos derrotados. Siempre hay una nueva oportunidad para volverlo a intentar. En el Tour  Alaphilippe no fue el primero pero siguió trabajando, se trazó objetivos, lo soñó, lo pensó, lo disfrutó y lo alcanzó.

Lo que demuestran los deportistas es que ayer ganaron, hoy perdieron pero que mañana pueden volver a ganar, y que por lo tanto debemos proyectarnos, fijarnos objetivos, trabajar, y tenerlo en nuestra mente. No darle espacio al pensamiento de que no vamos a ser capaz porque el libro del Amor dice que todo lo contrario al señalar en Filipenses 4:13 “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”.

La palabra tiene poder y lo que pensemos que somos eso lo vamos a alcanzar como lo evidencia Proverbios 23:7 cuando dice “Porque cuál es su pensamiento en su corazón, tal es él”.  Así las cosas imagínalo, trabaja con disciplina, hazlo y lo lograrás. Serás lo que pienses que eres.

Siempre debemos dar lo mejor. Incluso un atleta para alcanzar el objetivo trazado  debe pagar un precio y no sólo debe trabajar duro sino que debe privarse de muchas cosas tanto a nivel nutricional como a nivel cultural  y por lo tanto no puede hacer lo que hace el común de las personas como lo advierte 1 corintios 9:25 “Todo aquel que lucha, de todo se abstiene”.

Y el ciclismo es un deporte que nos muestra que cuando se trabaja en equipo se pueden alcanzar las metas, y que debo correr para ganar como lo expresa 1ª Corintios 9:24 “ ¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis; ”.

Aunque siempre debo dar lo mejor, no siempre se gana y muchas veces no estamos preparados para perder de manera que sería saludable que aprendiéramos a dar gracias al todopoderoso tanto por los triunfos como por las derrotas como lo expresan las Sagradas Escrituras en 1ª de Tesalonicenses 5:18 “Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús”.  Y en Job 1:21 dice “Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Dios bendito”.

Son muchas las personas que han soñado y lo han logrado.  Y lo han conseguido no porque se lo hayan regalado sino porque cada día, cada minuto de sus vidas debe contribuir, con base en su trabajo, al gran objetivo que han trazado para sus vidas.