En la noche del miércoles 15 de marzo, el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS, por sus siglas en inglés) informó sobre un terremoto de magnitud 7,0 en Nueva Zelanda, con 22,1 kilómetros de profundidad. Este movimiento telúrico tuvo como epicentro las islas Kermadec.
Ante las especulaciones sobre un posible tsunami debido al terremoto, el sistema de detección de tsunamis de Estados Unidos, perteneciente al Servicio Meteorológico Nacional, emitió un comunicado en el que se confirmó que no había alerta activa de una amenaza de este tipo. “Un terremoto con una magnitud preliminar de 7,0 ocurrió en la región de las islas Kermadec a las 0056 UTC del jueves 16 de marzo de 2023. * Basado en todos los datos disponibles… La amenaza de tsunami de este terremoto ya pasó”, se lee en el comunicado.
Por su parte, la Agencia Nacional de Gestión de Emergencias (Nema) de Nueva Zelanda rectificó la información del seísmo, que tuvo lugar a una profundidad de 22 kilómetros y que no ha elevado la alerta de tsunami, lo que dejó más tranquilos a los habitantes locales.
Según las informaciones recogidas por el diario neozelandés ‘The New Zealand Herald’, este fuerte sismo se presentó a unos 1.000 kilómetros de distancia de la Isla Norte del país.
Cabe resaltar que Nueva Zelanda está situada en el “Cinturón de Fuego” del Pacífico, donde se producen alrededor del 90% de los terremotos del mundo. Incluso, la semana anterior también se evidenció en la zona un movimiento telúrico de magnitud 6,9.
El anterior temblor tuvo una profundidad de 150 kilómetros, según el USGS, y su epicentro fue a 900 kilómetros de la Isla Norte del país, es decir, un poco más cerca que el de este miércoles.
Redactado por Sara Camila Fajardo