El matrimonio se constituye como una gran aventura en la que cada día vamos madurando y buscando esa perfección. Sin embargo, con el paso de los años, nos damos cuenta que no es tan sencillo y fácilmente caemos en situaciones que minan nuestra relación, afectado diferentes áreas de nuestra vida, incluyendo la sexual.
Como pareja atravesamos por diferentes etapas y en todas es crucial hacerle frente a cada cambio, colocando en práctica la comunicación, factor vital para resolver cualquier conflicto.
La palabra de Dios nos enseña en Hebreos 13:4 Honroso sea en todos el matrimonio y el lecho sin mancilla. El Señor nos insta a que nuestro matrimonio sea honroso, es decir que lo estimemos valioso, decoroso, algo digno de respeto, y es por esto que debe haber un ambiente donde existan estos canales para comunicar lo que estamos sintiendo, para expresar aquellos cambios que estamos atravesando y buscar soluciones asertivas.
A esa libertad hemos sido llamados en el honroso papel que tenemos dentro del matrimonio. No podemos sentir vergüenza en ninguna de las etapas en que nos encontremos, puede ser que seamos una pareja recién casada y nos sintamos inexpertos, que no sepamos como satisfacer a la otra persona o no sentirnos bien con algo que nos demanda nuestra pareja; estar atravesando una menopausia o andropausia o una etapa más adulta. No hay que sentirse mal, hay que dialogar y buscar el apoyo necesario en el orientador espiritual y/o en el guía de la salud.
El manual de vida, en Génesis 2:23-25, nos muestra lo que manifestó Adán cuando vio a Eva: “Dijo entonces Adán: Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne; esta será llamada varona, porque del varón fue tomada… Y estaban ambos desnudos, Adán y su mujer, y no se avergonzaban”. Si estamos en la búsqueda de una vida sexual satisfactoria, es crucial que haya esta libertad. Es preciso ver lo que quedó plasmado desde el mismo momento de la creación; palabras tan finas que quedaron escritas en ese instante y que nos muestran la admiración que Adán sentía por su mujer y la libertad de ambos para ver sus cuerpos sin sentir vergüenza.
En conclusión, la vida matrimonial necesita una cantidad de oportunidades en términos de comunicación, cercanía e intimidad, que deben estar por encima de las dificultades emocionales que nos pueden causar vergüenza. El matrimonio requiere libertad y debemos trabajar en todo lo que la impida, partiendo de superar nuestros conflictos.
La palabra de Dios es una guía maravillosa que nos permite avanzar en el camino correcto y firme hacia la madurez de la relación pareja. La intimidad esta consagrada en la Biblia y más allá de los prejuicios con que se mira, en la verdad de Dios están las instrucciones de todo, incluida una vida sexual sana.
Aquí deseo recomendar un libro que es la base para cualquier matrimonio, que está en búsqueda de crecimiento, estoy segura que será una guía muy importante para la relación conyugal, invito a leerlo, se llama “Sello de amor”, de la Doctora Lolita Cruz de Chamorro. Allí descubrirá lo que todo matrimonio debe saber…
Adriana Aristizábal