Este martes 9 de enero, se produjo un nuevo terremoto en Japón con una magnitud de 6 grados Richter, justo en la misma zona donde ocurrió el pasado 1 de enero, el cual fue de 7.5.
El movimiento sísmico se originó hoy en la costa oeste del centro de Japón, sin que se activara la alerta de tsunami, y por el momento no se han reportado daños significativos.
La Agencia Meteorológica de Japón (JMA) informó que el temblor se registró a las 5:59 p.m., hora local, con epicentro a una profundidad de 10 kilómetros frente a la costa de la prefectura de Niigata.
Según las autoridades del país japonés, en el hecho ocurrido en vísperas de Año Nuevo murieron más de 200 personas, y más de 100 siguen desaparecidas. El sismo destruyó edificios, causó incendios y derribó infraestructuras en la península de Noto, en la isla principal de Honshu, mientras los ciudadanos celebraban el Año Nuevo.
Las autoridades japonesas hicieron público este martes el último dato de fallecimientos confirmados, tras una semana del devastador terremoto, mientras que las tareas de búsqueda de víctimas y asistencia a los damnificados continúan dificultadas por la nieve y los daños en las carreteras.
El primer ministro de Japón, Fumio Kishida, publicó en su red social, X, que darán prioridad durante la evacuación a las personas que necesitan atención especial, “como los enfermos, los ancianos y las mujeres embarazadas”. También indicó que, para prevenir muertes relacionadas con desastres, además de la evacuación secundaria, “mejorarán los entornos sanitarios y de vida de los centros de evacuación”.
Desde el sismo del 1 de enero, se han registrado más de 1.200 réplicas. El lunes, casi 30.000 personas aún estaban alojadas en refugios gubernamentales, algunos sin suficiente comida, agua y calefacción, y alrededor de 60.000 casas están sin agua, y 15.600 no tienen electricidad.
Dayineth Molina