Se alista mesa de concertación para puja por salario mínimo

Cada año inicia la puja por el aumento del salario mínimo por parte de representantes de los trabajadores, sindicalistas y empleadores. Por ello, mañana 28 de noviembre se instala la comisión de concertación. El mayor temor es abrir otra puerta a la inflación.

Quienes participan en la discusión tienen una responsabilidad de cara al país, pues aunque cada sector tiene sus argumentos a la hora de validar el incremento que considera adecuado, deben tener presente que la economía está lenta, peligrosamente al borde de la recesión. El aumento es relevante, según los expertos, para incentivar el mercado laboral o no, y los empleos mientras la economía está desacelerada.

Los economistas y empresarios se inclinan por un ajuste que no debería rebasar el 12%, mientras que algunas centrales obreras apuntan a un máximo de 13%. En Colombia, según cifras del DANE, más de 3,5 millones de personas devengan un salario mínimo, lo que se traduce en el 15,7% de la población ocupada; es decir, el 43,1% recibe ingresos por debajo de esta barrera.

El Banco de la República ha tenido que subir las tasas de interés a 13,25%, un tope no visto desde 1999 y que, inevitablemente, castiga al ingrediente que más aporta a la generación de riqueza: el consumo. Esto por el elevado costo de vida.

Hasta ahora, la política monetaria ha surtido efecto, pues la inflación lleva siete meses desacelerando el paso, pero todavía está muy lejos de caer al rango meta (2%-4%), es por ello que, a juicio de los especialistas, un aumento poco técnico puede desatar una espiral inflacionaria, que como se ha visto en el pasado, afecta a los hogares más vulnerables.

Es decir, un aumento muy elevado podría verse en primera instancia como un alivio para los trabajadores, pero implicaría también un incremento sistemático en bienes y servicios. Pues mientras más acelerada sea la tendencia a la baja de la inflación, es de esperarse recortes en la tasa de interés. Y con tasas de interés más bajas, la inversión podría recuperarse y la economía volvería a crecer a tasas mayores.

Por su parte, la ministra de trabajo, Gloria Inés Ramírez Ríos, ha propuesto desligar servicios que legalmente suben en la misma proporción que el sueldo básico, como las multas, sanciones, costos notariales y salud, de manera que a los trabajadores les quede un saldo a favor después de cubrir esas obligaciones. Mientras los representantes sindicales, destacan la inflación, que cerraría el año cercano al 10%.

Las micro, pequeñas y medianas empresas son actores económicos que no pueden quedar por fuera del análisis, dado que conforman el 90% del tejido empresarial en Colombia y generan más del 80% de los empleos.

Estos elementos productivos están atravesando un ciclo poco favorable, dado que la economía se está desacelerando y los clientes son más cuidadosos para comprarles. En resumen, en muchas de ellas la facturación no aumenta como en 2022 o, incluso, está disminuyendo.

La productividad es la otra variable definitiva para negociar la subida del salario. Y pese a que el DANE aún no lo reporta, varios especialistas proyectan que será muy bajo.