Entre el 50% y el 70% de estudiantes latinos y del Caribe, han sido víctimas de acoso escolar.
Antonio Marín Manrique, experto de la Universidad Internacional de Valencia (VIU), nos indica que lo primero que se debe tener en cuenta frente a esta problemática, es que cada institución educativa debe tener un protocolo de actuación.
Según el informe de UNICEF, “Violencia contra niños, niñas y adolescentes en América Latina y el Caribe 2015-2021”, entre el 50% y el 70% de estudiantes latinos y del Caribe, han sido víctimas de acoso escolar. Las alarmas se han encendido, pues la violencia incluye golpes, lesiones con objetos, palabras soeces e incluso abuso sexual, principalmente en países como Colombia, Perú, Paraguay y México.
Este fenómeno es un reflejo de varios factores: la desigualdad social, la violencia intrafamiliar, la homofobia, e incluso la pandemia. La ONG Bullying Sin Fronteras, muestra en su mapa mundial, realizado entre enero del 2021 y febrero 2022, que seis de cada diez niños sufren de algún tipo de acoso y/o ciberacoso todos los días.
Antonio Marín Manrique, experto de la Universidad Internacional de Valencia (VIU), indica que lo primero que se debe tener en cuenta frente a esta problemática, es que cada institución educativa tenga establecido un protocolo de acción rápida cuándo se detecte un caso de acoso escolar. “En cuanto a las medidas, podemos citar las preventivas, que básicamente engloba trabajar con toda la comunidad educativa, con actividades de concienciación y prevención. Incluyendo al equipo docente, alumnado, familiares y personal auxiliar. De otro lado, es importante también trabajar con los agresores, ya que la intervención no será completa si no se interviene con ellos y ser conscientes que no todos los agresores comparten el mismo perfil y la motivación para ser victimarios”
El experto de VIU adicional nos presenta los seis tipos de acoso que se pueden presentar en las diferentes instituciones:
Físico: requiere de contacto físico entre agresores y víctimas, se puede ver en forma de zarandeos, empujones, palizas de uno o varios agresores.
Verbal: en este caso el objetivo del victimario es infligir daño psicológico en la víctima. Para ello se recurre a bromas pesadas o denigrantes, insultos, motes, verter rumores de cualquier tipo, burlas.
Psicológico: se da de forma más sutil, más encubierta, lo que en ocasiones dificulta la identificación. Se manifiesta en forma de manipulaciones, chantajes, intimidación o seguimientos.
Social: el victimario trata de excluir o aislar a la víctima del resto de sus iguales, para ello puede usar distintas estrategias como no incluirlo en actividades, excluirlos de grupos de mensajería instantánea, o directamente ignorar a la víctima.
Sexual: se fundamenta en verbalizaciones o actos de tipo sexual que pueden ir desde referencias vejatorias a la intimidad de la víctima, rumores específicos de índole sexual o actividades como difundir imágenes de la persona desnuda o en el que haya contenido sexual, siempre obviamente sin permiso de esta.
Cibernético: se produce a través de las nuevas tecnologías, gracias a la facilidad actual del acceso a internet a través de tabletas, ordenadores, celulares y con ello vierten estos contenidos en redes sociales, chats.
Es conveniente señalar que tras la identificación por parte de las instituciones será fundamental que se sigan recomendaciones como: Trabajar con toda la comunidad educativa en la prevención y detección, estilos docentes democráticos donde el alumnado se sienta actor activo de su centro escolar y participe en muchas de las decisiones que se toman, tareas en el aula que contemplen el trabajo en equipo, bien sea cooperativo o colaborativo asociado a metodologías innovadoras, donde no se den liderazgos competitivos y todo el alumnado participe, mayor inclusión de las familias en los colegios y no usar el castigo como primera opción ante un caso. Los estudios muestran que el castigo es contraproducente ante este tipo de violencia.
Desde la VIU, siguen estás recomendaciones y forman a sus docentes y futuros docentes para que ante estos casos sepan actuar correctamente. Incluso desde este tipo de instituciones han creado un Máster Universitario en Acoso Escolar y Mediación.
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