Zona donde está el Galeón San José es declarada área arqueológica protegida
23 mayo, 2024
Capturan a joven de 19 años por el homicidio de su vecino en Bicentenario
23 mayo, 2024

Rusia sigue usando código Morse en plena era de drones y misiles hipersónicos

En plena era de la guerra moderna, caracterizada por la inteligencia artificial, drones y misiles hipersónicos, una tecnología con más de un siglo de antigüedad sigue demostrando su valor: el código Morse. Este método de comunicación, que data de la primera mitad del siglo XIX, aún es utilizado por el ejército ruso en la guerra de Ucrania.

A pesar de los avances tecnológicos, los rusos continúan enviando mensajes en código Morse desde bombarderos a sus centros de control y desde barcos de la Flota del Báltico a sus cuarteles generales en tierra. Las bandas de onda corta utilizadas por radioaficionados están llenas de los característicos pitidos conocidos como “dits” (.) y “dahs” (-), o puntos y rayas, que incluso los espías aún monitorean.

Inventado en el siglo XIX

El código Morse no fue concebido por un ingeniero, sino por Samuel Morse, un pintor de retratos, y Alfred Vail, un maquinista. Juntos, desarrollaron este sistema de puntos y rayas para transmitir información de manera eficiente. Inicialmente, el sonido solo se usaba para probar conexiones, pero rápidamente se convirtió en el método principal de transmisión.

El código Morse tiene una característica notable: forma un ritmo sonoro similar a la música, lo que facilita su aprendizaje y uso, especialmente para personas con talento musical. Este ritmo activa el sentido humano del reconocimiento de patrones, permitiendo a los operadores experimentados descifrar mensajes incluso si están incompletos debido a interferencias o ruido.

Simplicidad y eficiencia tecnológica

Una de las razones de la persistencia del código Morse es su simplicidad tecnológica. Cualquier persona con conocimientos básicos puede construir un transmisor utilizando componentes estándar, y la señal generada utiliza un ancho de banda muy estrecho, lo que permite que los receptores filtren gran parte del ruido ambiental. Además, Morse requiere muy poca potencia para transmitir a largas distancias, como lo demostraron radioaficionados en 1956 al transmitir desde Massachusetts a Dinamarca con solo 78 milivatios de energía.

Durante la Segunda Guerra Mundial, miembros de la resistencia y comandos aliados utilizaron transceptores Morse portátiles para comunicarse desde territorio ocupado por los alemanes. Aunque los mensajes en Morse son ininteligibles para el oído inexperto, no ofrecen seguridad en sí mismos, por lo que se recurría a métodos de cifrado, como la “libreta de un solo uso”, para mantener la confidencialidad.

Relevancia en la actualidad

Hoy en día, aunque existen tecnologías digitales de comunicación más avanzadas, el código Morse sigue siendo insuperable por su simplicidad y eficiencia. Esta combinación ha permitido que sobreviva durante más de 150 años, demostrando que a veces, lo antiguo puede ser tan valioso como lo moderno.

En un mundo donde la tecnología evoluciona rápidamente, el uso continuado del código Morse por parte de Rusia en sus operaciones militares subraya su fiabilidad y efectividad, recordándonos que la simplicidad puede ser la clave para la supervivencia en el campo de batalla.

Sala de redacción Colmundo