Las exequias se dieron dos semanas después de la muerte del opositor en una prisión en el Ártico en circunstancias aún por establecer.
Centenares de rusos asistieron al funeral del líder opositor ruso, Alexéi Navalny, este 1 de marzo en la iglesia del barrio Mariino en Moscú, posteriormente el féretro de Navalny fue llevado al cementerio de Borísovo, donde será enterrado.
A cabalidad con el rito ortodoxo, el cuerpo de Navalny fue expuesto en un féretro abierto. Su velación duró poco más de media hora sin que los seguidores del opositor, congregados en los alrededores de la iglesia, pudieran ingresar para brindarle sus respetos.
A pesar de las estrictas medidas policiales y las advertencias de las autoridades sobre las consecuencias de participar en actos no autorizados, centenares de rusos hicieron presencia en los actos fúnebres.
“Sólo un recordatorio de que tenemos una ley que debe cumplirse. Cualquier concentración no autorizada constituirá una violación de la ley, y quienes participen en ella tendrán que rendir cuentas, de nuevo, de acuerdo con la legislación vigente”, afirmó el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov.
Entre los asistentes a la ceremonia, se destacó la presencia del representante italiano Sferra Carini, estuvieron Lynne Tracy, la embajadora de Estados Unidos en Rusia, así como los representantes de Alemania, Alexander Lambsdorff y de Francia, Pierre Levy.
En un país donde la televisión y los medios oficiales ignoraron el evento, el equipo de la Fundación Anticorrupción, fundada por el líder opositor, se encargó de transmitir en vivo el funeral.
Decenas de vehículos y camiones de la policía antidisturbios estuvieron estacionados cerca de la iglesia. Miembros de la policía con cascos y botes de gas lacrimógeno patrullaron muy de cerca la zona, y permanecieron en las estaciones de metro cercanas.
La movilización de cientos de simpatizantes de Navalny podría resultar molesta para Vladimir Putin de cara a las próximas elecciones presidenciales. Razón por la cual, Yulia Navalnaya, la viuda del opositor, aseguró ante el Parlamento Europeo su temor de que la policía pueda realizar detenciones. “No sé si será pacífico o si la policía detendrá a quienes estén presentes”.
Desde que el cuerpo de Navalny le fue entregado a su madre el sábado pasado, el equipo del que sería el principal detractor del Kremlin buscaba un lugar para ofrecerle un “adiós público”, pero le “negaron” múltiples solicitudes, según su equipo colaborador.
Las circunstancias de su muerte en prisión siguen sin estar claras. Según lo informó el servicio penitenciario ruso, Navalny murió luego de haberse sentido mal “después de un paseo”.
Sin embargo, tanto simpatizantes del opositor como múltiples dirigentes occidentales responsabilizaron a Putin de su muerte, algunos señalando incluso un “asesinato” ordenado luego de tres años de detención.
Juan Joya