Moscú afirma que el edificio impactado albergaba una reunión castrense, mientras Ucrania denuncia la muerte de decenas de civiles y la comunidad internacional condena la acción
El gobierno ruso rompió su silencio este lunes sobre el mortífero bombardeo del domingo en Sumy, noreste de Ucrania, que según autoridades locales dejó 35 civiles muertos y 119 heridos. A través de sus portavoces, Moscú insistió en que sus fuerzas solo atacan “objetivos militares”, una versión que contrasta con las imágenes de edificios civiles destruidos y víctimas inocentes.
Mientras Ucrania calificó el ataque como un “crimen de guerra”, Rusia ofreció tres argumentos para justificarlo:
Los reportes gráficos de agencias internacionales revelan:
Ucrania confirmó la muerte del comandante Yuri Yula, de la 27ª brigada de artillería, pero insiste en que la mayoría de víctimas eran civiles.
Esta ciudad fronteriza con la región rusa de Kursk ha sido clave desde el inicio de la invasión en 2022 por: Su proximidad a la frontera (apenas 50 km).
Ser corredor para evacuaciones humanitarias.
Alojar centros de mando ucranianos.
La comunidad internacional reaccionó con firmeza:
Mientras, el gobierno ucraniano acusa a Moscú de “manipular la verdad” y exige justicia por las víctimas civiles.
Humberto ‘Toto’ Torres