El proyecto de reforma a la educación en Colombia se encuentra en una situación crítica tras la ruptura del acuerdo alcanzado en la Comisión Primera del Senado. Este desacuerdo ha resultado en la presentación de dos ponencias diferentes, lo que pone en peligro la aprobación de la iniciativa en su último debate.
El consenso que se había logrado en la Comisión Primera para avanzar con la reforma se desmoronó, dando lugar a dos ponencias distintas: una respaldada por el Pacto Histórico y el Gobierno, y otra presentada por los partidos independientes y de oposición. Esta división obliga a llevar el proyecto a un “voto limpio” en el último debate, lo que aumenta el riesgo de que la reforma no sea aprobada antes del 20 de junio.
El senador David Luna explicó que el principal desacuerdo radica en la financiación de la educación. “La bancada de gobierno no cedió en uno de los puntos clave, lo que nos llevó a apartarnos y presentar una ponencia alternativa que recoge cuatro puntos esenciales”, señaló Luna. Estos puntos incluyen:
La autonomía e independencia del SENA.
La obligatoriedad de la evaluación docente.
La coexistencia de educación pública y privada.
La distribución del presupuesto educativo por parte del presidente, donde la bancada de gobierno quería que se destinara exclusivamente a la educación pública, mientras que los partidos independientes y de oposición defendían el derecho del estudiante a elegir dónde estudiar.
La senadora María José Pizarro responsabilizó a los ponentes de los partidos independientes y de oposición por la ruptura del acuerdo, afirmando que nunca se lograron consensos concretos sobre los puntos mencionados. “Son ellos quienes nos informaron que no continuarían con el diálogo, por lo que nosotros radicamos nuestra ponencia. Queremos que la financiación sea prioritariamente pública y que se incluya la evaluación docente”, declaró Pizarro.
Pizarro también mencionó que se habían logrado avances preliminares en la redacción de la evaluación docente y la educación terciaria, pero no se llegó a un acuerdo definitivo.
Con el proyecto de ley estatutaria de la educación enfrentando un voto limpio en la plenaria del Senado, su futuro es incierto. Si no se consiguen las mayorías necesarias para su aprobación antes del 20 de junio, la reforma podría hundirse, dejando en el aire las esperanzas de cambios significativos en el sistema educativo colombiano.
La situación subraya la importancia de alcanzar acuerdos y compromisos sólidos en temas fundamentales como la educación, donde el futuro de miles de estudiantes y la calidad del sistema educativo están en juego.
Humberto ‘Toto’ Torres