Esta semana, una fracción del ejército israelí llevó a cabo la retirada de ciertas tropas de Gaza, una resolución anunciada previamente en diciembre. Situación que ha generado fuertes críticas entre los legisladores sobre la ofensiva militar en el enclave palestino.
Ben Gvir, ministro del gobierno israelí de extrema derecha, censuró la determinación de las fuerzas armadas de retirar una división del ejército de Gaza, poniendo al descubierto nuevas discrepancias. El Ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, expresó que una “ráfaga de cohetes” lanzados desde Gaza hacia Israel este martes por la mañana “evidencia una vez más que la ocupación de Gaza es indispensable para cumplir con los objetivos de combate”.
Las Fuerzas de Defensa Israelíes (FDI) comunicaron el lunes que la 36ª división, compuesta por compañías blindadas, de ingeniería y de infantería, se retiraba de Gaza después de 80 días, marcando la señal más notable hasta el momento del cambio hacia una nueva fase de combate, como algunos oficiales israelíes habían prometido.
El Ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, afirmó este lunes que la “fase de maniobras intensivas” de la ofensiva militar israelí en el norte y el sur de Gaza “concluirá pronto”. El ejército israelí está trabajando para “erradicar los focos de resistencia” en el norte de Gaza, declaró Gallant, asegurando que lo lograrán mediante incursiones, ataques aéreos, operaciones especiales y actividades adicionales.
Tras los ataques del 7 de octubre, Gallant mencionó que el plan original era que la “fase de maniobras intensivas” de la campaña militar israelí en Gaza durara aproximadamente tres meses. Sin embargo, advirtió que el ejército israelí ajusta sus operaciones “conforme a la realidad sobre el terreno” y “nuestra inteligencia”.
Entre las unidades presentes en Gaza, destaca la 98ª división, la cual opera en el centro de la región y es la mayor división jamás formada en la historia de las FDI. Aunque las FDI no emiten comentarios sobre la cantidad de tropas en Gaza, cada división comprende varias brigadas, pudiendo incluir miles de soldados cada una.
Los comentarios de Ben Gvir resaltan las tensiones dentro del gobierno israelí y en la élite de defensa y seguridad respecto al nivel de presencia que Israel debería mantener en Gaza tras el conflicto. La disputa pública del 4 de enero se desencadenó después de lo que una fuente describió como una “pelea” en una reunión del gabinete de seguridad. Mientras el ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, de extrema derecha, habló de una “discusión tormentosa”, el ex ministro de Defensa, Benny Gantz, afirmó que se trató de un “ataque por motivos políticos”.
La división en el gabinete de seguridad se centró en la gestión de las investigaciones sobre el ataque del 7 de octubre contra Israel, incluyendo la incapacidad del ejército israelí para preverlo, así como la estrategia a seguir en la guerra a partir de ese momento. En caso de un colapso del gobierno, Israel probablemente enfrentaría nuevas elecciones, en las cuales Netanyahu podría perder.
En paralelo, ciertos políticos de extrema derecha abogan por la completa reocupación de Gaza y el eventual retorno de asentamientos judíos. A pesar de las presiones de Estados Unidos para que el primer ministro Benjamin Netanyahu otorgue un papel destacado a la Autoridad Palestina, recientemente declaró que Israel no tiene “ninguna intención de ocupar permanentemente Gaza”.
La campaña militar de Israel en Gaza ha forzado el desplazamiento de al menos 1,93 millones de personas, según el Organismo de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en el Medio Oriente. Miles de familias han tenido que moverse en varias ocasiones a medida que la ofensiva israelí se ha extendido a nuevas áreas.
Paola Martínez