La comunidad internacional rechaza la iniciativa.
Este lunes, el Parlamento del Reino Unido aprobó el polémico proyecto de ley con el que expulsaría a solicitantes de asilo hacia Ruanda desde julio. El propósito es detener a los más de 120.000 migrantes que han cruzado el Canal de la Mancha en embarcaciones rudimentarias desde 2018.
Los miembros de la Cámara de los Lores, que habían devuelto repetidamente el texto a la Cámara de los Comunes, renunciaron finalmente a presentar más enmiendas, permitiendo de esta manera que el proyecto se convierta en ley.
La iniciativa considera a Ruanda como un país seguro para enviar a los solicitantes de asilo, coincidiendo así con el Tribunal Supremo británico, que en noviembre declaró ilegal el plan por el riesgo de que una vez allí los inmigrantes fueran enviados a sus países de origen.
En enero, el primer ministro Rishi Sunak suscribió un acuerdo bilateral con Ruanda garantizando que esto no pasaría y presentó esta ley en el parlamento que finalmente fue aprobada en el Parlamento.
Para el primer ministro, el poder enviar a los solicitantes de asilo a Ruanda es crucial para bajar los índices de inmigración ilegal que cruza el canal de la Mancha desde Francia, cerca de unas 30.000 personas por año. Se espera que esta controversial decisión sea objetada en los tribunales británicos y, en especial, en el Tribunal Europeo de los Derechos Humanos.
Ante lo sucedido, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) solicitó este martes a Reino Unido “reconsiderar su plan” de expulsiones, que, de acuerdo con este organismo, “crea un peligroso precedente en el mundo”.
Por su parte, el Alto Comisionado de los Derechos Humanos, Volker Türk, y su homólogo encargado de los refugiados, Filippo Grandi, requirieron a Reino Unido que, en su lugar, “adopte medidas prácticas para hacer frente a los flujos irregulares de refugiados y migrantes, basadas en la cooperación internacional y el respeto de la legislación internacional sobre derechos humanos”.
Asimismo, el comisario de Derechos Humanos del Consejo de Europa, Michael O’Flaherty, se sumó a la petición de la ONU, solicitando a Reino Unido que no deporte a Ruanda a migrantes, como dispone la nueva ley, que a su parecer viola la independencia de la Justicia y diversos tratados internacionales firmados por Londres.
“El Gobierno británico debería abstenerse de transferir personas y debería dar marcha atrás a la violación efectiva de la independencia de la Justicia que contiene esta ley”, señala O’Flaherty en un comunicado emitido este martes.
JUAN JOYA