El Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) 2024, presentado por Transparencia Internacional, ha presentado una visión más clara sobre la magnitud de la corrupción en los gobiernos del mundo. Este informe evalúa a 180 países y territorios con una puntuación que va de 0 (altos niveles de percepción de corrupción) a 100 (bajos niveles). En las posiciones más bajas del ranking, figuran Sudán del Sur, Somalia y Venezuela, reflejando el impacto de los conflictos, la inestabilidad política y la falta de transparencia son escenarios que facilitan prácticas corruptas.
Sudán del Sur, el país con la puntuación más baja (8), encabeza la lista de los estados percibidos como más corruptos en 2024. Paralelamente un informe de la ONU describe cómo la corrupción sistémica en esta nación perpetúa conflictos, violaciones de derechos humanos y prácticas de impunidad. En ese contexo, líderes políticos han sido acusados de desviar fondos públicos, comprar lealtades políticas y reprimir la oposición, lo que ha impedido la construcción de instituciones garantes.
https://twitter.com/anticorruption/status/1889184990359089649
En cuanto a Venezuela, que ocupa el penúltimo lugar con una puntuación de 10, el informe destaca cómo la crisis política prolongada, la hiperinflación y el colapso de los servicios básicos se ven agravados por un gobierno señalado por desfalco de recursos públicos y falta de transparencia. Escándalos como la malversación de fondos en la estatal petrolera PDVSA o la opacidad en programas sociales han erosionado aún más la confianza ciudadana, mientras que el eventual control del poder judicial limita cualquier intento de rendición de cuentas.
Otros países que presentan puntajes extremadamente bajos son Siria, Yemen y Libia, donde los conflictos armados y la inestabilidad política han permitido que la corrupción florezca sin restricción alguna. También, Guinea Ecuatorial y Eritrea también se encuentran entre los más corruptos, con gobiernos autócratas que consolidan sistemas corruptos a través de la represión y omisión en información.
En el lado opuesto del espectro, los países nórdicos como Dinamarca, Finlandia y Suecia se destacan por sus instituciones sólidas, niveles altos de transparencia y democracias robustas que promueven la rendición de cuentas. Estas naciones, se posicionaron en el ranking con puntuaciones superiores a 85, son un modelo de cómo un sistema eficaz puede combatir la corrupción y fomentar la confianza ciudadana.
En cuanto a Colombia, el país se ubicó con una puntuación de 39 en el IPC 2024, se posiciona dentro del rango de países con una percepción moderadamente alta de corrupción. Aunque ha mostrado avances en algunas iniciativas de transparencia, los problemas estructurales persisten. La corrupción en la contratación pública, el clientelismo político y la ineficacia de los órganos de control son los principales desafíos por combatir en la realidad colombiana.
Casos recientes de irregularidades en sectores clave como la salud, la infraestructura y las administraciones locales han debilitado la confianza ciudadana en las instituciones del Estado. Además, factores como el narcotráfico y la inseguridad alimentan prácticas corruptas en diversos niveles del gobierno, dificultando la consolidación de esfuerzos anticorrupción.
Si bien Colombia no se registra niveles críticos de países como Venezuela o Sudán del Sur, el informe pone sobre la mesa, la necesidad de implementar reformas más contundentes para combatir la corrupción y fortalecer la gobernabilidad. La percepción de la ciudadanía sobre este problema refleja una demanda urgente de mayor transparencia y eficacia en los organismos de control, esenciales para recuperar la confianza pública y garantizar equidad y eficiencia al sistema.
Puede conocer el informe completo en el siguiente enlace:
https://www.transparency.org/en/publications/corruption-perceptions-index-2024
Juan Joya