La gran lucha que tenemos todos los seres humanos, es cambiar esas áreas de nuestra vida que más problemas nos causan.
– El resentido, olvidar sus resentimientos.
– El malgeniado, ser amable.
– El que tiene adicciones, ser libre.
– El mentiroso, decir la verdad.
– El hablador, guardar silencio.
Hace poco leí que una persona cambia por tres razones:
· Aprendió demasiado
· Sufrió lo suficiente
· Se cansó de lo mismo.
Dios quiere cambiarnos para ser mejores personas y para que disfrutemos la vida con todos los que nos rodean, por eso, reiteradamente encontramos palabras como:
· Conversión
· Nacer de nuevo
· Arrepentimiento
Lo primero que hay que cambiar es el corazón, ese corazón de piedra por una de carne.
Ezequiel 11:19-20
19 Y les daré un corazón, y un espíritu nuevo pondré dentro de ellos; y quitaré el corazón de piedra de en medio de su carne, y les daré un corazón de carne, 20 para que anden en mis ordenanzas, y guarden mis decretos y los cumplan, y me sean por pueblo, y yo sea a ellos por Dios.
¿Por qué nos cuesta cambiar?
– Porque hay cosas que llevan mucho tiempo en nuestra mente y corazón, tal vez desde niños.
– Porque nos acostumbramos a vivir de esta manera, se volvió normal, nos amoldamos a vivir de ese modo.
– Sentimos que no hay necesidad de cambiar. Sin darnos cuenta, le respondemos mal a todo el mundo, sin darnos cuenta, lastimamos a los demás, sin darnos cuenta, nos consumimos en un vicio o un desorden.
– Porque nos parece que no somos tan malos como otros.
Llegó el momento de tomar la mejor decisión para ser felices y para hacer felices a los demás…hay qué cambial.
El miedo es el que hace que nos resistamos a acoger el cambio como oportunidad de mejora, crecimiento y evolución como persona y/o profesional.
No se diga más…vamos a cambiar.
Édgar Jaimes