Este domingo, los organizadores de París 2024 tuvieron que defender una polémica escena presentada durante la ceremonia de apertura, la cual varios países interpretaron como una ofensa a los cristianos.
La escena, vista en la ceremonia del viernes y titulada “Festividad”, muestra inicialmente a varias drag queens sentadas a la mesa. Esta representación evoca la última cena de Jesús con sus apóstoles. Posteriormente, aparece Philippe Katerine, un popular cantante francés, casi desnudo, pintado de azul y adornado con guirnaldas de hojas y frutas.
Debido a esto, en Francia, la Iglesia Católica y algunas figuras de derecha han criticado varias secuencias de la ceremonia. En contraste, la ceremonia ha recibido una acogida entusiasta entre la izquierda y los miembros del Gobierno de Emmanuel Macron.
Por su parte, el director artístico de la ceremonia de apertura, Thomas Jolly, afirmó: “Nunca encontrará por mi parte ningún deseo de burlarme, de denigrar nada. Quise hacer una ceremonia que reparara, que reconciliara. También que reafirmara los valores de nuestra República”, dijo a la cadena de televisión BFMTV.
Jolly argumentó que la última cena no fue su “inspiración”. “La idea era más bien hacer un gran festival pagano, conectado con los dioses del Olimpo… Olympus… Olimpismo”, aseguró.
“Nunca hubo ninguna intención de faltarle el respeto a ningún grupo religioso en absoluto”, abundó Anne Descamps, directora de comunicaciones del comité organizador (COJO) en una conferencia de prensa. “Si alguien se sintió ofendido, lo sentimos mucho”, añadió.
El arranque de la escena, que incluye a las drag queens, fue fustigado por una amplitud de actores políticos, desde la conferencia episcopal francesa, que habló de “mofa” al cristianismo, hasta diputados de extrema derecha locales.
Por otra parte, la institución religiosa egipcia de Al Azhar, la principal referencia del mundo islámico suní, condenó este domingo “las escenas de falta de respeto a Cristo” y lo consideró una forma de “promover la homosexualidad y la transexualidad”.
“Faltar al respeto a Jesucristo o a cualquiera de sus compañeros profetas es un acto de extremismo y barbarie temeraria”, afirmó Al Azhar en un comunicado, en el que advirtió “del peligro de explotar acontecimientos mundiales para normalizar la falta de respeto a la religión y promover la homosexualidad y la transexualidad”.
Condenó asimismo estas escenas que “retratan a Jesucristo en una imagen ofensiva” que “veja a los creyentes en las religiones y traiciona la moral”, y rechazó “todo intento de faltar al respeto a cualquiera de los profetas de Dios”, según el comunicado.
Finalmente, según los organizadores de los Juegos Olímpicos, una encuesta del grupo Harris, solicitada por ellos, arrojó que el 85% de las personas encuestadas en Francia consideró “exitosa” la ceremonia inaugural, en la que las delegaciones desfilaron por el Sena a bordo de más de 80 barcos.
El presidente francés, Emmanuel Macron, aseguró el 27 de julio que la innovadora ceremonia —por primera vez fuera de un estadio— “enorgulleció a sus compatriotas”.
Paola Andrea Martínez Burgos