Petro lanza advertencia al Congreso sobre el futuro de las reformas

¿Justicia social o inviabilidad económica: qué implica la reforma laboral? 

Este martes 11 de marzo, la Comisión Séptima del Senado prácticamente sepultó la reforma laboral impulsada por el gobierno del presidente Gustavo Petro, luego de que ocho congresistas radicaran una ponencia para archivar el proyecto. Este contundente golpe político generó una categórica reacción por parte del primer mandatario, quien no solo rechazó la decisión, sino que también advirtió sobre las posibles consecuencias políticas que podrían derivarse de esta acción.

A través de su cuenta oficial en la red social X, Petro calificó la decisión como un acto de traición hacia los trabajadores colombianos. “Si la Comisión VII hunde las reformas que necesitan los trabajadores y el pueblo de Colombia, habrá una ruptura entre el Congreso y el Gobierno. Espero que no cometan tamaña irresponsabilidad con Colombia”, expresó el presidente, dejando claro su malestar y la gravedad con la que percibe el revés legislativo. Más adelante, intensificó su discurso acusando a los senadores, especialmente al congresista Miguel Ángel Pinto, de traicionar a los trabajadores de Santander y del resto del país.

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El mandatario también recurrió a argumentos éticos y referencias religiosas en sus pronunciamientos, cuestionando la moral de quienes votaron en contra del proyecto. Petro afirmó que dichos congresistas, aunque “enarbolan la cruz de Cristo”, actuaron con codicia y en detrimento del “pueblo de Dios”, refiriéndose a los trabajadores humildes de Colombia. Estas declaraciones fueron inmediatamente rechazadas desde el Congreso, donde Efraín Cepeda, presidente del Senado, defendió la autonomía del órgano legislativo. Cepeda respondió señalando que “ninguna de las facultades del Congreso implica sumisión al poder ejecutivo”, y desestimó las advertencias presidenciales de una posible ruptura entre el Legislativo y el Ejecutivo, argumentando que dicha figura no tiene sustento constitucional.

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En medio de esta controversia política, las centrales obreras y organizaciones sociales del país anunciaron una movilización nacional para el próximo 18 de marzo. La jornada, liderada por el Comando Nacional Unitario, que incluye sindicatos como la CUT, CGT y CTC, junto con confederaciones de pensionados y otras organizaciones, busca expresar apoyo a la reforma laboral que, según ellos, es fundamental para lograr justicia social. Las centrales sostienen que el proyecto incluye medidas destinadas a dignificar el trabajo y promover la estabilidad laboral, la equidad y condiciones laborales justas.

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En Bogotá, el punto de partida de las marchas será el Parque Nacional, y la movilización culminará en la Plaza de Bolívar. Se tiene previsto que, a nivel nacional, las manifestaciones se lleven a cabo en las plazas y parques principales de las ciudades. Los líderes sindicales han enfatizado la importancia de esta reforma como un paso necesario para reducir las desigualdades laborales y garantizar un trato más justo a los trabajadores.

Juan Joya