Justa, merecida y necesaria la victoria del Verdolaga en Copa Libertadores. El equipo de Javier Gandolfi recuperó la confianza y depende de sí mismo de cara al remate de la fase de grupos.
Solo servía ganar y Nacional asumió la responsabilidad. Convicción y jerarquía predominaron en un juego en donde el argentino Tello se inventó un penal y le metió presión y angustia al cierre del compromiso. De entrada, Javier Gandolfi tomó decisiones; había que hacerlo porque Nacional enfrentaba a un rival directo, con la posibilidad de doblegarlo para no depender de otros resultados. De arranque, el argentino optó por utilizar a Arce por Sarmiento y a Viveros por encima de Alfredo Morelos. Todo le salió, pues ambos jugadores (Arce y Viveros) fueron de los más destacados del juego, junto con Marino, que sin duda es la carta más desequilibrante que tiene Nacional en terreno contrario.
https://twitter.com/nacionaloficial/status/1920711755530957066?t=0G1nvnfkJIg5GrveEumePw&s=19
Primer tiempo de mucha paciencia y pocos espacios
Internacional salió a buscar un resultado —por resultado entiéndase un punto— que en cuentas de ellos era muy positivo, pues le permitía ser líder del grupo tras la derrota de Bahía. Por ende, con una doble línea de 4, compacta, casi que pegada en el último tercio de la cancha del conjunto brasileño, se abroqueló y se hizo fuerte. Toda la posesión e iniciativa fue para Nacional, que salió actitudinalmente a “buscar sangre” con el corazón caliente, pero se estrelló con el robusto trabajo de Inter, que llevó a que sus ataques fueran más horizontales que verticales, ejerciendo un gran trabajo, realizando lo que se conoce como defensa-ataque, donde predominaba la anticipación. Nacional mantenía replegado a Internacional, pero no encontraba por dónde vulnerar, y el conjunto brasileño, más allá de no tener la pelota, no sufría el partido.
En el momento más denso del primer tiempo, aparecieron las individualidades, que reafirmaron por qué Gandolfi se decantó por Viveros y no por Morelos. Ya Marino había dado unas pinceladas, pero sería hasta el minuto 39 que llegaría una pelota profunda por la banda izquierda. Cándido centraliza y todo lo resuelve Viveros, que hace un control dirigido y sin darle tiempo a la marca saca un soberbio remate para “abrir la lata” y soltar la presión.
https://twitter.com/Libertadores/status/1920675518858351007?t=joB4iDTmUHR6pdIpSpL7Xw&s=19
Segundo tiempo: Inter muestra su otra faceta y abre el partido
Para la segunda mitad, fue otro el partido, principalmente por la disposición del conjunto brasileño. El gol de Viveros lo llevó a soltarse, deshacer la primera idea de juego y ser más propositivo, liderado por Patrick, y ya sin su referente de ataque Ener Valencia, que se tironeó, fue a buscar el empate y pudo conseguirlo. Aunque Nacional evidenció una ligera mejora en defensa, sigue siendo un equipo que sufre sin pelota: fácilmente le generan, e Inter tuvo dos o tres chances donde el salvador fue David Ospina.
El soltar los extremos, subir líneas y presionar un poco más arriba le permitió a Nacional encontrar más espacios en terreno contrario, y sería precisamente Marino, a campo abierto, quien lideraría una cabalgata con la pelota pegada al pie. Viveros arrastró marcas y Arce llegó a definir para empezar a inclinar un poco más el resultado a favor del Verdolaga.
De ahí en adelante, el partido siguió siendo abierto. Ya Nacional no con tanta posesión, pero con más espacios. Incluso, Viveros tuvo la oportunidad de marcar el tercero en un mano a mano increíble que dilapidó por un control largo. Inter también siguió siendo permisivo, fuerte en los duelos y con una presión alta y agresiva. Empezó a incomodar a Nacional en salida; lo obligaba a rechazar, a entregar mal y a recuperar rápidamente las posesiones de balón.
Tello le da vida a Inter, pero Viveros remata el partido
A falta de diez minutos para el final, llegaría otra polémica que no ha de faltar siempre ante equipos brasileños. Brian Aguirre, lateral de Internacional, se inventa de vivo, de canchero, una falta inexistente a primera impresión del árbitro argentino, que no la pitó. Sin embargo, lo llamó el VAR y, después de revisar, vio un contacto que no parece claro. Cándido cierra y, aunque Brian adelanta la pelota, el lateral Verdolaga nunca toca al atacante. Para el central fue penal, y Patrick, especialista en la materia, lo hizo efectivo.
Más de 8 minutos y solo un gol de diferencia —que quizá no era justo de acuerdo al trámite del partido— revivían nuevamente la tensión en Nacional, que gestionó bien esos momentos de presión, lejos de la portería de Ospina. Inter tuvo aproximaciones desde la pelota quieta, pero no tuvo cómo hacer daño de manera clara. Ya en el epílogo del juego, aparecería otra vez la figura del partido: Kevin Viveros, que otra vez convirtió en oro una pelota sin mayor ventaja. A su estilo, ganando de guapo, se deshizo de la marca, enganchó hacia dentro y le cambió el palo al arquero para marcar el 3-1 definitivo.
https://twitter.com/nacionaloficial/status/1920668858987266317?t=qmguWYlkO-uWeqx6-Ozmeg&s=19
Nacional, más allá de volver al triunfo, recuperó la confianza y enderezó el camino, pues ahora es segundo del grupo, en puesto directo de clasificación, a un punto del líder Bahía, a quien enfrentará el próximo miércoles en Medellín.
Alexander Cortés