En su carta de renuncia presentada este 15 de mayo, Buitrago dejó claras sus razones: “Mis actuaciones no dependen de influencias, ni amenazas, persuasiones, ni interferencias o intereses políticos”.
Según reveló a medios, recibió presiones directas desde el Ministerio del Interior y el DAPRE para remover a Ludwing Valero, director de la Unidad de Servicios Penitenciarios, sin que mediaran razones técnicas. La exministra aseguró que estas presiones buscaban beneficiar intereses políticos particulares.
El ministro del Interior respondió a través de su cuenta de X (antes Twitter): “Ya estoy cansado. Acabo de dar poder para demandar a la exministra de Justicia por injuria y calumnia”.
Esta declaración marca un punto de no retorno en la crisis gubernamental, al judicializar el conflicto entre dos altos funcionarios del gobierno Petro.
El Partido Conservador calificó la renuncia como “muestra del autoritarismo del gobierno”, mientras el Centro Democrático anunció que citará a Benedetti al Congreso para que explique las acusaciones. Analistas políticos coinciden en que este episodio debilita la imagen de unidad del gabinete petrista.
El presidente Petro enfrenta ahora el desafío de nombrar un nuevo ministro en medio de esta crisis, mientras el anuncio de demanda de Benedetti podría llevar el conflicto a los tribunales. Este episodio marca uno de los momentos más tensos del gobierno en materia de relaciones internas entre sus altos funcionarios.
Humberto ‘Toto’ Torres