La Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, comenzó este lunes una visita en China.
Todo está listo para que después de casi dos décadas, una autoridad de derechos humanos de la ONU visite el país asiático. El viaje oficial de 6 días incluye a la región China de Xinjiang, donde Pekín está acusado de perseguir a la minoría uigur.
La comunidad internacional ha hecho eco de las supuestas violaciones a los derechos humanos en china, donde se señala al gobierno chino de encarcelar a un millón de uigures y otras minorías musulmanas en campamentos de la región occidental de Xinjiang. Estados Unidos y otros países han calificado estos hechos como "genocidio".
Pekín le ha salido al paso a dichas opiniones y señalamientos y los ha llamado “la mentira del siglo”; al mismo tiempo, aseguró que sus políticas han mejorado las condiciones de vida, ayudando a disminuir y cambiar el extremismo.
Los informes procedentes de la ONU, determinan que desde 2018, antes de que se anunciara el viaje en marzo, las autoridades de este organismo han mantenido negociaciones con el gobierno chino para asegurar un “acceso ilimitado y relevante” a Xinjiang .
Entre el escepticismo, el temor y la desconfianza se encuentran los activistas, quienes opinan que Bachelet tendrá una visita controlada, impidiendo conocer de primera mano los temas clave.
El portavoz del Departamento de Estado, Ned Price, se refirió en un comunicado a la visita, donde mostró su preocupación por las restricciones a las que estará sujeta la misión, y aseguró que la institución sigue bloqueando la publicación de un informe sobre Xinjiang pendiente desde hace meses (estaba previsto que este informe saliera a la luz antes de los Juegos Olímpicos de invierno de Pekín en febrero, pero al final se retrasó).
Tras la visita de 6 días, la atención se centrará en el informe con las conclusiones del tour y en la rueda de prensa programada para el último día. “El legado de Bachelet como alta comisionada se medirá por su disposición a hacer rendir cuentas a un estado poderoso por los crímenes contra la humanidad perpetrados durante su mandato”, apostilló Richardson.