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Los retos que enfrentará en 2022 la Ley de Desconexión Laboral en Colombia

El uso de la tecnología y el trabajo remoto en cualquiera de sus modalidades ha desdibujado los límites del tiempo laboral, de la vida personal y familiar. Desde hace meses se viene discutiendo sobre las formas de trabajo que ahora son parte de la rutina y van desde casos de sobrecarga laboral y desbordamiento exponencial de las jornadas, hasta situaciones en la que el trabajo remoto, en casa o en modalidad de teletrabajo, ha disminuido los niveles de productividad laboral. 

Entendiendo estas dinámicas, el 22 de noviembre quedó publicado el texto definitivo del proyecto de ley No. 489 de 2021 “Por medio de la cual se regula la desconexión laboral”, una iniciativa que busca limitar el uso de las tecnologías y brindar instrucciones dentro del entorno laboral en modalidad remota o presencial. 

Sin embargo, para la experta en derecho laboral y Socia de CMS Rodríguez-Azuero Adriana Escobar, plantear una ley de carácter eminentemente prohibitivo, donde se busca frenar las propias dinámicas de las nuevas formas de vida y de trabajo, es seguir pensando que la realidad se debe acomodar a las normas y no al contrario. 

“Pretender establecer horarios rígidos y delimitados, como si la realidad del mundo no hubiera cambiado y pensar que seguimos en una modalidad de trabajo cien por ciento presencial, es implementar modelos de regulación anacrónicos que van a seguir alejando a los trabajadores de los empleadores para lograr consensos. Los gobernantes deben priorizar los intereses de cada sector, dando la debida prioridad a la protección de algunos grupos sociales más vulnerables”, explicó Escobar.

Así mismo, el CONPES No. 3975 de Política Nacional para la Transformación Digital e Inteligencia Artificial (2019) citado en la exposición de motivos del proyecto de ley, propone implementar reglas claras en el manejo del tiempo remoto respecto a la respuesta que espera el  empleador, lo que permite concluir que más allá de dar más tiempo de desconexión laboral a los trabajadores, es conocer con certeza que se requiere  de ese cargo y cuál será la medición por resultados.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT), desde el año 2015 ya vislumbraba los cambios que traería el uso de las TIC en el mundo del trabajo. Su planteamiento va enfocado en las ventajas que trae el trabajo remoto como la independencia y el buen uso del tiempo que va encaminado a un mejor equilibrio entre la vida laboral, personal y familiar y por otro lado, también advierte como desventajas el riesgo de caer en largas jornadas de trabajo sin límite de tiempo en casa. 

Bajo este análisis, el proyecto de ley No. 489 de 2021 necesitaba haber incluido reglas que fueran el resultado de un análisis amplio, respecto a las causas que llevan a la falta de equilibrio entre espacios y tiempos de trabajo y vida personal, sólo tiende a exponer y regular la invasión de la vida laboral en la vida personal y no viceversa. 

“La virtualidad no sólo es una herramienta de trabajo, es una forma de vida. Por ejemplo, una misma persona que trabaja editando un video, recibe a un viajero en su casa, lleva a un pasajero en su carro, saca a pasear al perro del vecino y prepara un documento o un proyecto para una empresa ubicada en cualquier parte del mundo. Las nuevas formas de producción y la economía colaborativa son parte estructural de los cambios sociales actuales y que necesariamente tendrán un impacto inmediato en las relaciones laborales”, concluyó.