La posición del presidente de la República, Gustavo Petro, con respecto al conflicto entre Israel y Palestina, al denominar como genocida la respuesta del Ejército ante el actuar del grupo terrorista Hamás, le ha valido múltiples reacciones, una de ellas es la de Ernesto Samper Pizano, probablemente el expresidente más cercano a su gobierno.
El exmandatario de 71 años, que en los últimos días fue noticia por su renuncia al Partido Liberal, Samper, se convirtió en el tercer expresidente vivo con su propio colectivo político, tras la decisión tomada el pasado 24 de agosto por el Consejo Nacional Electoral (CNE), que le otorgó personería jurídica a “Poder Popular”, grupo político en el que Samper lideró al interior del Partido Liberal en las décadas de los 80 y 90.
En una entrevista de ASB Noticias en Colmundo Radio, Ernesto Samper, se refirió al ataque del grupo terrorista Hamás contra Israel y la posterior represalia israelí en la Franja de Gaza. “El mundo está viviendo un cambio apocalíptico, se están viviendo unos cambios dramáticos de los cuales este enfrentamiento forma parte y que va a terminar con un nuevo mapa geopolítico, que tendremos que ver si le sirve al mundo para poder vivir en paz; o si necesitamos hacer esfuerzos adicionales creando una nueva forma de multilateralismo, porque el nuevo gran fracaso ha sido el de Naciones Unidas, en su capacidad de garantizar la paz en el mundo”, sostuvo Samper.
En días previos, un grupo de más de 120 personas, elevaron una carta al presidente de Colombia, Gustavo Petro, quien probablemente ha sido el mandatario latinoamericano más activo en comentar a través de X el conflicto, solidarizándose con el pueblo palestino. Sin embargo, en la misiva se le solicita al presidente que condene los ataques perpetrados por el grupo Hamás.
Al respecto Samper puntualizó: “Es que los presidentes no pueden hablar a título personal; cuando el presidente de cualquier país habla, y si habla de una materia tan delicada como esta, está expresando la visión de un estado, no está expresando su propia visión. Ahora este de acuerdo o no con esta visión, pues se necesita que haya unos mecanismos institucionales a los cuales se puedan expresar distintos juicios”.
Fue el pasado 15 de octubre cuando el presidente de Colombia reaccionó a las declaraciones de Lior Haiat, portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel, quien declaró que Petro ha hecho pronunciamientos “hostiles y antisemitas” en medio de la guerra con Hamás, razón por la cual Israel suspenderá las exportaciones de seguridad a Colombia.
Tras recibir el mensaje de Haiat, el mandatario colombiano respondió rápidamente y aseguró que “si hay que suspender relaciones exteriores con Israel las suspendemos”. El mandatario agregó que no apoya “genocidios” y que “al presidente de Colombia no se le insulta”.
“Eso no es tan sencillo, sinceramente no le recomendaría al presidente llegar a esos extremos, ninguna ruptura con ningún país es una buena decisión, a menos de que existan unas circunstancias de tal gravedad que ameriten hacerlas; yo por supuesto recomendaría pues sostener las relaciones con Israel, pero sobre unas bases racionales y que en este momento, a mi juicio, está gobernada por una figura que no tiene la capacidad, ni los niveles de comprensión o compasión que se necesitan para llevar un tema tan delicado. Como es el del presidente Netanyahu, quien ha estado opuesto sistemáticamente durante toda su vida a que haya paz en Medio Oriente.” Enfatizó el exmandatario.
Finalmente, Ernesto Samper declaró: “Esto terminó convirtiéndose en una guerra inhumana; el solo hecho de que el ministro de defensa del gobierno de Israel actual diga que van a acabar, que van a borrar del mapa a Gaza, es como si yo digo que voy a borrar del mapa a Cali que tiene 2 millones de habitantes o más. Pues ya lo que está probando es que entramos en un terreno peligroso, hay que hacer todos los esfuerzos de paz que sean necesarios, empezando por la humanización de la guerra. No podemos seguir en estas guerras donde el resultado de las guerras no son los combates militares, pero sí el número de bajas civiles”.
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