🌐 ASTROLABIO # 292 - VIERNES, 17 DE ENERO DEL 2025
Primero, el régimen se encuentra cada vez más fuerte. La ceremonia militar del pasado sábado 11, cuando Maduro recibió los respetos de las Fuerzas Armadas, no pudo ser más contundente.
Segundo, el incremento en las recompensas norteamericanas por la captura de Maduro no pasa de ser una graciosa pérdida de tiempo.
Ningún general venezolano pondrá en peligro sus privilegios corriendo el riesgo de que luego no solo le nieguen el dinero sino que lo condenen.
Y si, por algún extraño motivo, cierto sector militar disidente decidiese insubordinarse, los otros resortes de la revolución, es decir, milicianos enquistados en la sociedad civil y agrupaciones guerrilleras de origen colombiano, cooperarían al unísono con las Fuerzas leales para neutralizar cualquier intentona de golpe cuyo único horizonte no sería otro que el de bahía Cochinos, en Cuba, durante abril del 61.
Tercero, rusos, cubanos e iraníes seguirán amparando decididamente a Maduro. Tras las penosas lecciones del Kremlin en Libia y Siria, es de presumir que él no correrá la misma suerte de Muamar Gadafi o Bachar Al Assad.
Incluso podría pensarse que en el marco de las negociaciones entre Trump y Putin sobre Ucrania, Moscú accediese a retirarse de Venezuela a cambio del reconocimiento pleno de su anexión de Crimea y el Donbás, junto a la garantía de que Kiev no será incorporado la OTAN.
Pero, aún así, el gobierno de Miraflores seguirá siendo lo suficientemente fuerte y respaldado como para alejar cualquier posibilidad de intervención directa de los EEUU al estilo de la operación Causa Justa sobre Panamá durante diciembre del 89.
Cuarto, la mayoría de los países, aún aquellos que proclamen a Edmundo González como presidente legítimo, adoptarán la pragmática y racional postura de cuestionar la legitimidad electoral de Maduro manteniendo vigentes, al mismo tiempo, las relaciones diplomáticas, siempre en función de los intereses ideológicos o comerciales.
Por cierto, resulta asombroso que seis años después de haberse ingeniado la fallida fórmula de Juan Guaidó como gobernante paralelo, la perspicacia política de los EEUU no pase de la iteración infructuosa al reconocer a Edmundo González.
Solo faltaría que, en breve, al nuevo Secretario de Estado, Marco Rubio, se le ocurriera tratar de “restablecer la democracia en Venezuela” montando otro “Grupo de Lima”, al que solo puede entenderse como el mayor fiasco diplomático en la historia de las relaciones hemisféricas.
Y quinto, habría que preguntarse si la oposición en Venezuela realmente existe.
De hecho, varios sectores de la misma han operado más bien como quintacolumnistas al servicio del régimen y a modo de simple fachada democrática legitimadora.
Sin duda, el coraje de María Corina Machado tiene gran valor, pero tal como sucedió el 10 de enero, y lo sostuvo Diosdado Cabello, « si la decisión hubiese sido detenerla, ya estaría detenida », con lo cual, valdría la pena preguntarse si el liderazgo opositor se acerca al heroísmo o, más bien, al simple masoquismo.
En otras palabras, Maduro se las ha ingeniado para marchitar a la oposición mediante un modelo polimórfico en virtud del cual, o la absorbe ( la soborna ), o la tolera ( como sucedió con Guaidó y sucede ahora con María Corina ), o la encarcela ( al estilo Leopoldo López, Carlos Correa y Enrique Márquez ), o la expatría, acallándola por completo.
Todo esto significa que el gobierno Maduro perdurará en el poder del mismo modo que Ortega en Nicaragua y los Castro en Cuba, pero no solo por el soporte decisivo de los militares y el ‘paramilitarismo comunitario’, sino por el particular ingenio chavista al que podríamos catalogar como ‘mercadeo de ilusiones’.
Un mercader de ilusiones les hace creer a los extranjeros que el momento del cambio está cerca ; que las negociaciones con la oposición conducirán a una transición democrática ; que la mediación es posible en Venezuela ; que las reformas constitucionales ofrecen un futuro luminoso ; y que la convivencia entre regímenes democráticos y autoritarios es perfectamente posible, viable y, para muchos, incluso deseable.
vicentetorrijos.com