La Tricolor tuvo el peor partido de la era Néstor Lorenzo, no pudo con Paraguay y dejó serias muestras de un equipo que después de la Copa América involuciona.
Ni Barranquilla, ni el calor de la afición, la confianza de estar en casa o la comodidad de jugar en el Metropolitano fueron suficientes, Colombia tuvo un partido de puntos bajos, mentiroso, porque en el algún punto lo iba ganando 2-0, pudiendo marcar un tercero, sin embargo, el marcador era lejano al trámite del juego, donde Paraguay a medida que avanzaba el reloj era más, se imponía físicamente, con orden y sacrificio fue a buscar y demostró ser un equipo que no era solo emocionalidad, aunque este factor estuvo muy presente anoche.
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“Más allá del resultado, hoy si me voy preocupado por el rendimiento, del primer tiempo sobre todo. Hemos venido de momentos no tan buenos emocionalmente, salimos con todo a buscar el resultado, pero nos costó sostener. Eso hace que la confianza se empiece a perder y no jugamos bien, en especial el primer tiempo”. Néstor Lorenzo.
Anoche la Tricolor fue el reflejo de un equipo que está condicionado emocionalmente, que perdió la confianza, que individualmente a excepción de Luis Díaz y Jhon Arias, no tiene a sus jugadores en su mejor nivel, y que Néstor Lorenzo, por terquedad, necedad, ego o cualquier otro motivo personal, está mostrando inexperiencia, le cuesta tomar decisiones, decide tarde y mal, y no da un buen uso de una nómina amplia, talentosa y que es inadmisible que ya no solo no gane, sino que ahora también juegue mal.
“No hablé aún con los jugadores, pero tengo una autocrítica profunda. Hablaré de recuperar la memoria, hay situaciones que se resuelven a partir de la intensidad con la que vas a disputar un balón. Afirmó Néstor Lorenzo.
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Los goles temprano no camuflan el mal juego y funcionamiento de Colombia
El gol de Luis Díaz a los 45 segundos de empezado el juego, desprendió a Colombia del principal problema, vulnerar el robusto y ordenado trabajo defensivo de Paraguay, que tuvo un partido completamente atípico a lo planeado, el segundo tanto de la Selección a campo abierto de Jhon Jáder Durán, vislumbraban un Colombia efectivo, individualmente haciendo uso de sus mejores hombres en ataque, pero aun así, el equipo estaba descompuesto, el medio campo no recuperaba, las líneas de presión eran fácilmente superadas y Paraguay apostando a lo físico metía a Colombia.
A pesar de estar 2-0 arriba, Colombia nunca estuvo cómodo, Paraguay fue valiente porque a pesar de que dio ventajas atrás no se entregó, la orden siempre fue ir al frente, presionar a Colombia, exigirlo, sacarlo emocionalmente y el gol de Junior Alonso en el cierre del primer tiempo le dio alas y vida a Paraguay.
Lorenzo y su cuerpo técnico recibieron el descuento en el momento ideal, antes del primer tiempo, donde era claro que había cosas por corregir, movimientos y jugadores que mover, porque Colombia no tenía el control del juego, sufría por que no podía sostener la pelota y la garra e intensidad de Paraguay lo tenía metido en campo propio. Los 15 de receso parecen no haber servido, Colombia no cambió del primero al segundo tiempo, el medio seguía siendo un cráter, Paraguay un equipo que ganaba todos los rebotes y duelos y Colombia continuaba confundido y ya empezando a dar señales de que emocionalmente no estaba bien.
Nuevamente, una mala lectura del juego, llevó a Colombia a tirar restos
La interpretación, esa palabra que tanto destaca Gustavo Alfaro y que ayer peso en la grama del Metropolitano, Lorenzo no supo entenderla, nublado completamente deicidio enviar un tercer central y a un carrilero, cuando Colombia necesitaba un recambio en el medio, para reforzar o refrescar la marca en el medio campo, y evitar que Paraguay jugará tan cerca de Camilo Vargas, así mismo, saco a James y no metió a un hombre como Juan Fernando Quintero para sostener más la pelota y alimentar a los atacantes. La salida de James y John Arias dejó a Colombia obsoleto en ataque, con mucho correlon y metedor, pero sin un hombre distinto que marque la diferencia en espacios reducidos.
Colombia no solo no supo sostener y darle trámite a una ventaja de 2-0, sino que fue perdiendo la identidad, el empate, inmediatamente retrasó las líneas de Paraguay que venía a sumar y en las condiciones que se dio el juego el empate fue técnicamente un victoria. Colombia caído mentalmente, terminó con posesión de pelota y jugando en campo contrario, el juego horizontal, el pelotazo, el potrero y a la brava, así intento Colombia volver a buscar la ventaja, exponiendo la peor cara de la era Lorenzo, porque con la calidad de jugadores que tiene la selección, es impensado que termine siendo tan predecible y plana en su juego.
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El empate deja a Colombia sexto de la eliminatoria, aún clasificando de manera directa al Mundial, pero sin duda la mayor preocupación es que al equipo se le olvidó ganar, hace cuatro juegos que no celebra y de los últimos 15 puntos en juego sólo sumó 4.
Alexander Cortes