¿Espectáculo o provocación? Francisco Chaverra, jugador del Independiente Medellín, se ha convertido en el centro de atención y en el causante del malestar de sus rivales debido a una jugada que ha hecho costumbre, la cual no es bien recibida por sus contrincantes.
El extremo del Independiente Medellín ha generado todo tipo de reacciones por ejecutar su ya tradicional Paradinha, una maniobra más cercana al fútbol callejero o al folclore brasileño, que no le otorga ventaja ni le permite eliminar a un adversario. Por esta razón, algunos la consideran una falta de respeto, lo que ha desatado la molestia en jugadores de Envigado y Millonarios, quienes la han padecido. Además, cabe destacar que Chaverra la realiza cuando su equipo va ganando, lo que intensifica aún más la reacción de sus rivales.
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La jugada consiste en que el jugador, sin marca ni presión, se toma un tiempo extra para elevar su cuerpo y sostenerse sobre el balón, como si estuviera descansando o regulando el juego. Durante el fin de semana, intentó hacerla contra Envigado, pero perdió el equilibrio y protagonizó un blooper. Luego, la repitió contra Millonarios y, esta vez, le salió bien; sin embargo, la acción generó fricción inmediata en el campo, al punto de que Radamel Falcao García, conocido por su calma, le reclamó con fuerza y evidente molestia.
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Más allá de las opiniones de jugadores, entrenadores e hinchas, la realidad es que la jugada, polémica o extravagante, está permitida según el reglamento. “En mi opinión, lo que hizo el futbolista de Medellín es una finta válida para engañar al rival y está permitida dentro de las reglas del juego. No hubo ninguna intención de burlar la norma ni al adversario”, explicó el instructor arbitral antioqueño Óscar Alexis Gutiérrez.
Así las cosas, y de acuerdo con el reglamento, la Paradinha de Chaverra no es sancionable y se considera igual que cualquier otra finta utilizada para desmarcarse, generar espacios o avanzar. No se puede calificar como infracción porque, según la norma, “está permitido usar engaños para desequilibrar al oponente o generar acciones de juego. No se cometió ninguna falta”.
Aunque el reglamento no la penaliza, la percepción es diferente, pues para muchos hay fintas que enriquecen el espectáculo, pero esta no, ya que el jugador no obtiene un beneficio real. Cabe aclarar que esta Paradinha, muy popular en el fútbol brasileño, es una de las jugadas más frecuentes en el fútbol callejero o de playa, donde se emplea más como un gesto de habilidad que como un recurso táctico.
Alexander Cortes