El número de refugiados proveniente de Ucrania superó hoy los cuatro millones de personas. Frente a ese escenario, la agencia internacional humanitaria, World Vision, hace un llamado a priorizar los servicios esenciales para la niñez vulnerable con especial enfoque en la protección, la educación y el resguardo de la salud mental.
"Para poner en perspectiva esa desgarradora cifra de cuatro millones de refugiados, eso equivale a que cada minuto 82 refugiados, o dos buses llenos huyan del país cada minuto para salvar sus vidas, desde que inició el conflicto”, afirmó Isabel Gomes, Directora de la respuesta humanitaria de World Vision. "La mayoría son mujeres y niños que llegan con poco más que la ropa que llevan puesta y algunas posesiones esenciales. Esto los deja en extrema vulnerabilidad a la violencia y la explotación. La urgencia de servicios de protección, entre otros, continuará creciendo, conforme se prolongue y profundice esta crisis", agregó.
A pesar de los altos niveles de financiamiento, en relación con otras crisis como Siria, Venezuela o Afganistán, que no deben ser olvidadas, de acuerdo con la petición de recursos de Naciones Unidas, un número de servicios básicos para la atención de la crisis en Ucrania están severamente desfinanciados, en comparación con otras áreas de apoyo a las personas refugiadas, incluyendo los servicios de protección -con apenas 19% de financiamiento, educación -con 8% de los recursos requeridos, y salud y nutrición con tan solo 4% del financiamiento necesario.
Los países receptores, como Moldavia y Georgia están bajo una inmensa presión para proveer ayuda a los refugiados ucranianos. Moldavia es una de las naciones europeas más pobres, y, además, tiene una de las poblaciones refugiadas per cápita más elevadas de la región. World Vision está particularmente preocupada por la pérdida de acceso a la educación. Cerca del 90% de los refugiados en Moldavia son mujeres y niños y el 97% de ellos están fuera de las aulas.
"Además de los 4 millones de personas desplazadas, al menos 6,5 millones han dejado sus hogares y están desplazadas dentro del país. Tras dos años de confinamiento debido al COVID-19 el impacto que esta crisis dejará en el bienestar, la salud mental y la educación de la niñez es sencillamente devastador", explicó la Directora de la Respuesta Humanitaria de World Vision a la Crisis en Ucrania.
“Ningún niño o niña debería ser forzado a abandonar sus estudios debido al conflicto. Sabemos que la escuela provee un sentido de normalidad que los niños y niñas afectados requieren urgentemente, al ofrecerles un espacio seguro y de protección. Al entrar en el segundo mes del conflicto, estamos trabajando con las autoridades para restituir el acceso de los niños y niñas a las aulas".
World Vision ha estado trabajando en Ucrania y Rumania desde la primera semana de la crisis y está escalando con rapidez su labor para apoyar y proteger a la niñez afectada y sus familias con ayuda esencial y otros servicios críticos. Se espera alcanzar al menos 300.000 personas en Rumania, Ucrania, Moldavia y Georgia en los próximos meses.