JEP exonera a campesino que pasó una década encarcelado por error

¿Es este caso una muestra más de las continuas fallas de la justicia colombiana?
En un fallo emblemático que resuena con las aspiraciones de justicia y reparación, la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) ha exonerado a Fabián Ramos Cruz, un campesino que pasó diez años en prisión acusado erróneamente de ser ‘Mauricio Pitufo’, comandante del frente 43 de las extintas Farc. La Sección de Revisión del Tribunal para la Paz determinó este 7 de febrero de 2025, que Ramos Cruz no hizo parte de la guerrilla y anuló la sentencia que lo condenó en 2012.

El 27 de septiembre de 2008, Fabián Ramos fue capturado cuando tramitaba un certificado judicial ante el DAS para postularse a un trabajo. Identificado como un supuesto líder de las Farc, fue señalado injustamente por el atentado al Hotel Acapulco en Puerto Rico, Meta, ocurrido en 2005, donde murieron seis personas. A pesar de sus constantes proclamaciones de inocencia, fue detenido en 2008 y condenado a 31 años de prisión por homicidio y terrorismo en 2012. Sin embargo, pruebas recientes demostraron que ‘Mauricio Pitufo’, verdadero autor intelectual del ataque, murió en 2010 en una operación militar, mientras Ramos Cruz estaba en la cárcel.

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En su tiempo de reclusión, la familia de Ramos Cruz se vio despojada de su principal sostén económico. Su esposa y sus hijos tuvieron que enfrentar no solo la ausencia de un ser querido, sino también la dura realidad de sobrevivir sin su apoyo. La comunidad, que siempre creyó en su inocencia, también sufrió al ver cómo uno de los suyos era víctima de una injusticia tan palpable.

La intervención de la JEP fue crucial para la revisión del caso. La defensa del campesino presentó una demanda de revisión transicional y una prueba nueva que no había sido tenida en cuenta durante la condena en la justicia ordinaria. El abogado aportó noticias y un informe del Ministerio de Defensa que mostraban que ‘Mauricio Pitufo’, cuyo verdadero nombre era Eliseo Caicedo Garzón, pereció el 1 de enero de 2010 durante la Operación ‘Dinastía’ del Ejército. Esa misma versión fue confirmada por Bertulfo Caicedo Garzón, hermano de ‘Mauricio Pitufo’, en una entrevista publicada en el libro La Vorágine del Conflicto Colombiano.

La Sección de Revisión contrastó la investigación de la justicia ordinaria, decretó nuevas pruebas y recogió testimonios de comparecientes de las Farc-EP sobre los hechos por los que condenaron a Fabián Ramos Cruz. El Ministerio Público e incluso el representante de las víctimas coincidieron con Ramos Cruz y su defensa en que la condena en su contra “era injusta y no se compadece con la realidad”. Debido a esto, la JEP le otorgó a Ramos Cruz libertad definitiva y finalizó su régimen de condicionalidad.
Este caso muestra la perentoria necesidad de implementar reformas profundas al sistema judicial colombiano para evitar que errores similares destruyan más vidas inocentes. La presencia de mecanismos robustos de revisión y verificación es esencial para garantizar que todas las personas reciban un juicio justo y equitativo. La historia de Ramos Cruz es un recordatorio de que, aunque la justicia puede tardar, siempre debe prevalecer.

Más allá de la exoneración individual, este caso invita a reflexionar sobre la importancia de un sistema judicial que actúe con diligencia y responsabilidad. La vida de un hombre fue transformada por un error, y la responsabilidad recae en todos los actores del sistema judicial para asegurar que tales injusticias no vuelvan a ocurrir. La sociedad colombiana debe comprometerse a fortalecer sus instituciones judiciales en la real defensa de los derechos humanos y garantizar que todos nosotros recibamos un trato justo y equitativo.

Juan Joya