La Procuraduría General de la Nación anunció el inicio de una investigación formal en contra de cuatro Entidades Promotoras de Salud (EPS) que han sido intervenidas previamente por el Gobierno Nacional. Esta medida responde a las denuncias que apuntan a posibles irregularidades en la gestión de recursos públicos destinados a la atención en salud. Entre las EPS implicadas se encuentran Coosalud, Emssanar, Servicio Occidental de Salud (SOS) y Asmet Salud, entidades señaladas por presuntas desviaciones que podrían haber impactado la calidad y cobertura de los servicios ofrecidos a miles de colombianos.
El proceso investigativo se basa en un informe elaborado por Luis Carlos Leal, exsuperintendente de Salud, en el cual se detallan preocupaciones sobre el uso de los fondos asignados para el sector. De acuerdo con el documento, estos recursos habrían sido utilizados con fines distintos a los estipulados legalmente. El reporte, en principio, no habría sido enviado solamente a la Procuraduría, sino también a la Fiscalía y a la Contraloría, autoridades encargadas de determinar si existen responsabilidades fiscales y penales en este caso.
Entre los hallazgos destacados en el documento se menciona que, en varias de las EPS investigadas, los recursos destinados para servicios contractuales no fueron ejecutados según lo esperado. Por el contrario, se habrían desviado hacia pagos sin justificación o respaldo adecuado, e incluso se indica que algunos de estos recursos habrían sido transferidos a destinos cuestionables, como paraísos fiscales. Estas observaciones fueron producto de visitas técnicas y análisis financieros que sustentan las acusaciones.
Uno de los principales puntos de atención de la investigación es Coosalud, cuyo manejo financiero será examinado en detalle. La Procuraduría entrará a analizar los pagos realizados por esta EPS a organizaciones clínicas, así como las transferencias significativas efectuadas a terceros. Además, se indagará una posible conexión entre los agentes interventores y empresas asociadas a Mario Urán, conocido por su papel como “el lobista de la salud”.
Otro caso que llama la atención de las autoridades es el de Emssanar, donde se habría detectado que ciertos anticipos de recursos no habían sido legalizados, lo cual genera dudas sobre la trazabilidad del gasto. En este contexto, se evaluará si existieron contratos que pudieran haber derivado en conflictos de interés o beneficios indebidos, lo que acentúa las sospechas de irregularidades administrativas.
Lejos de solucionar los problemas previos, la intervención de estas EPS ha generado un incremento en las quejas de los usuarios, según el informe. Los ciudadanos han reportado un deterioro en la calidad y el acceso a los servicios de salud, lo que evidencia un posible incumplimiento en las metas de atención. La Procuraduría indica que, aunque estas entidades recibieron los recursos correspondientes, estos no fueron aplicados adecuadamente para garantizar la prestación efectiva de los servicios.
Finalmente, la Procuraduría insiste en la responsabilidad de los agentes interventores y representantes legales de las EPS investigadas, quienes tendrán ahora que justificar cada decisión administrativa y financiera tomada durante sus periodos de gestión. Según el informe, la obligación de garantizar el buen uso de los recursos públicos es aún más estricta en contextos de intervención, por lo que las autoridades están llamadas a rendir cuentas con mayor transparencia.Conozca más en:
Juan Joya