En una impactante serie de eventos, médicos y pacientes resultaron heridos y vivieron momentos de pánico en una sede médica rural en Barranca de Upía, en el departamento de Meta. Los profesionales de la salud enfrentaron un día aterrador marcado por ataques armados, disparos y crisis de ansiedad.
Según relatos de testigos presenciales y videos compartidos por el personal médico, un grupo de hombres armados llegó al hospital en plena madrugada con la intención de “rematar” a un paciente que ya había llegado con heridas graves. Las imágenes capturadas en la escena son escalofriantes, con paredes y suelos manchados de sangre y el personal médico luchando por cerrar la puerta para evitar la entrada de los agresores.
En medio de esta situación aterradora, una de las empleadas del hospital expresó su angustia: “Ya no más, por favor. Ya no más. Tenemos mucho miedo”. Estas palabras reflejan una crisis de ansiedad postraumática en medio del caos.
Durante el forcejeo entre los criminales, el personal de salud y los pacientes, dos médicos tuvieron que refugiarse en un baño del centro durante más de una hora. Uno de ellos compartió: “Llegaron a dañar las puertas para poder agredirnos y matarnos, no sé. Tuvimos que salir corriendo como Dios nos ayudó y estamos aquí encerrados a la merced de Dios, porque sinceramente no sabemos qué está pasando afuera”.
La médica que presenció el ataque también informó que muchas personas resultaron heridas, y su compañero médico sufrió heridas por parte de los sicarios y posiblemente tenía una fractura en el brazo.
En medio del caos y la violencia, los médicos aprovecharon la ocasión para exigir condiciones dignas y seguridad para ejercer su labor como médicos rurales, un requisito obligatorio en Colombia para obtener el título profesional.
Las autoridades del Meta, hasta el momento, no se han pronunciado sobre el incidente ni han proporcionado detalles sobre los agresores y la investigación en curso. Sin embargo, lo que sí se sabe es que los servicios de consultas externas y de urgencia en el centro de salud de Barranca de Upía se suspendieron temporalmente, en espera de garantizar las condiciones de seguridad.
Hasta el momento, no se dispone de información sobre la condición actual del paciente que fue el objetivo del intento de asesinato. Esta escalofriante historia pone de manifiesto la necesidad urgente de abordar la seguridad en los entornos médicos y la importancia de apoyar a los médicos rurales que prestan servicios en condiciones desafiantes.
Sala de redacción