Primero que todo, la fe.
El pragmatismo puede ser útil, pero el verdadero propulsor de la transformación social, grupal o familiar, es la fe en nuestra autoridad superior porque así sabemos que nuestros logros son para su mayor gloria y no para alimentar egolatrías o despotismos.
Si no se puede servir a Dios y al dinero al mismo tiempo, ¿ qué uso les da usted, como líder que es, a los bienes, recursos o talentos que, temporalmente, el Padre ha querido concederle ?
En segundo lugar, está la rendición de cuentas.
Saber que no se tiene el poder para ejercer dominación y control, o para imponer criterios usufructuando los bienes que en realidad no son propios sino de todos, se convierte en el farol que evita aparatosos castigos y permite servir, antes que servirse.
Como líder, ¿ de qué tanto se ha apropiado usted, o sea, qué tan lejos o tan cerca está de apoderarse de lo que en verdad les pertenece a otros ?
En el tercer ángulo de ese marco, aparece el consenso.
Se trata de la cohesión y el diálogo transparente para tomar decisiones compartidas, horizontalizadas, es decir, basadas en la concordia y la consulta, no en el estrecho círculo que rodea al dirigente ( comités, gabinetes o sanedrines ).
Y, menos aún, en el egocéntrico tejido neuronal de la simple pero tan destructiva voluntad individual del paladín.
Como líder, ¿ tiene usted un espíritu de concordanza ( gobernabilidad basada en inclusión y cohesión ), o es tan solo un corifeo del voluntarismo mezquino y autoritario ?
Y por último, en el cuarto ángulo, surge el desprendimiento sincero, el respetuoso distanciamiento de la obnubilación y la subyugación que casi siempre causa el poder.
En otras palabras, surge el indispensable autocontrol del apetito de sometimiento que puede llegar a ser avasallador, incontenible y patológico.
Un apetito que, si no se refrena, incita al gestor a perpetuarse en poder, sintiéndose plenipotenciario, e invitando así al posterior e insoslayable derrocamiento con el que se restablece el poder equitativo.
Como líder, ¿ se comporta usted cual gestor respetuoso del otro y acata los límites del poder, o cuando los demás lo miran, o usted mismo se mira en el espejo, aparece tan solo la figura de un orondo gerifalte ?
vicentetorrijos.com