En el Día Mundial del Refugiado, World Vision reveló incrementos agudos en los niveles de hambre y violencia contra los niños y niñas, aún al contrastar los datos del 2021 con el pico de la pandemia por COVID-19. El número de familias que adquirieron préstamos para enfrentar las necesidades básicas se duplicó respecto del 2022 y 82% de las familias están reduciendo la calidad y cantidad de sus comidas para enfrentar los ingresos decrecientes.
“Las necesidades de niños y niñas en lugares como Venezuela, Siria, Níger y Afganistán son mayores ahora, pero todavía no hay financiamiento para atender a esta población que ha sido olvidada. Hoy día, millones de niños y niñas luchan por sobrevivir en campos de refugiados o en las calles. Muchos están siendo forzados a casarse para sobrevivir, otros a trabajar o abandonar la escuela. Tienen hambre, no tienen la oportunidad de vivir su infancia y el mundo los está olvidando”, afirmó Amanda Rives, Directora Senior de Manejo de Desastres en World Vision.
Invisibles y olvidados:
Desplazados, con más hambre y en mayor riesgo que nunca es el estudio que revela que los padres y madres de familia están extremadamente preocupados de que sus hijos estén en mayor riesgo de violencia. El hambre y la desesperación están forzándolos a sacar a sus hijos de la escuela y ponerlos a trabajar, o darlos en matrimonio o uniones tempranas. En general, casi un tercio de los hogares consultados tienen a un niño fuera de la escuela y solo 11% de los hogares tienen la plena capacidad para sufragar los gastos de educación, que se redujeron 31% respecto al 2022.
“Hemos consultado a personas forzadas a desplazarse durante tres años consecutivos y más familia que nunca (41% en el 2023 vs 30% en el 2022) nos dicen que sus hijos están frente a riesgos crecientes de violencia”, explicó Rives.
Además, puntualizó Rivas que “la niñez viviendo en campos de refugiados tiene dos veces más riesgos de ser forzados a trabajar, en comparación con aquellos que viven en otras locaciones. Estamos extremadamente preocupados por las tasas tan altas de matrimonio infantil en Níger y Afganistán. Muchas familias no tienen ingresos ni para la comida, y se enfrentan a una alternativa inimaginable –o sus niños mueren de hambre o ceden a uno de ellos en matrimonio para poder sobrevivir con la dote. – Es una decisión que ningún padre o madre debería enfrentar. Es escandaloso que esto suceda en el 2023”.
La mayoría de las familias consultadas por World Vision dijeron que tienen sueños de apoyar a sus familias y reconstruir sus países. Sin embargo, con tantos niños desnutridos y fuera de la escuela y con el escaso financiamiento para el desarrollo, el futuro para muchos es incierto –si es que algún día regresan a sus países de origen.
“Hay suficiente dinero y recursos en el mundo. Los niveles de hambre, de trabajo y matrimonio infantil no deberían aumentar. Las cifras de refugiados y familias desplazadas en el mundo hoy pueden ser abrumadoras, pero es importante recordar que los refugiados son agentes de su propio futuro. Si reciben la ayuda que requieren, pueden sobrevivir, reconstruir sus comunidades y salir adelante. Debemos responder. Las familias olvidadas que son refugiadas y desplazadas necesitan ser priorizadas por el financiamiento ahora. Merecen los medios para poder proveer a sus hijos, sus niños merecen una niñez digna. Merecen ser recordados”, dijo Rives
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