El Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, encabezado por la ministra Susana Muhamad, expresó su apoyo este miércoles a la iniciativa liderada por organizaciones sociales y comunidades para prohibir el fracking y los yacimientos no convencionales en Colombia, que ponen en riesgo los ecosistemas estratégicos del país.
“El Ministerio honra su palabra en un compromiso de frenar el fracking y los yacimientos no convencionales. Esta es una iniciativa ciudadana apoyada por 82 congresistas que hoy no tiene marcha atrás. Durante una década se ha discutido este proyecto que hoy está en el centro de las políticas del Gobierno”, dijo Tatiana Roa, viceministra de Ordenamiento Ambiental del Territorio de Minambiente.
Roa agregó que “esta crisis climática nos está enviando un mensaje que hoy recoge la Alianza Colombia Libre de Fracking. Reconocemos esta iniciativa de la ciudadanía organizada y que será respaldada por el Gobierno Nacional”.
La iniciativa, que fue radicada por quinta vez en el Congreso de la República, responde a la creciente preocupación de los ciudadanos y organizaciones sociales frente a los riesgos ambientales y sociales asociados a la explotación de yacimientos no convencionales mediante técnicas como el fracturamiento hidráulico.
Así lo aseguró la senadora Esmeralda Hernández, una de las coautoras de la iniciativa: “Con la coautoría de 80 congresistas de diversas bancadas, hemos radicado de nuevo nuestro proyecto de ley que prohíbe el fracking y los yacimientos no convencionales. Un paso crucial para proteger el agua y los territorios. ¡La lucha continúa!”
Por tal razón, el Ministerio enviará un mensaje de urgencia al Congreso para el trámite respectivo de este proyecto que prohibirá el fracking y los yacimientos no convencionales en el país.
En ese sentido, el Ministerio de Ambiente confirmó que apoya esta iniciativa como una manifestación de la voluntad popular de avanzar hacia un modelo de desarrollo que respete los límites ecológicos y garantice un ambiente sano para las generaciones presentes y futuras.
Asimismo, esta propuesta busca proteger los recursos naturales, así como fortalecer la soberanía energética mediante la promoción de fuentes renovables y la eficiencia energética.
Estudios recientes han demostrado que la explotación de este tipo de yacimientos requiere volúmenes significativos de agua, como es el caso del Proyecto Piloto Integral de Investigación Kalé, donde se estima que cada pozo demanda entre 40.000 m³ y 48.000 m³ de agua.
Adicionalmente, el Ministerio de Ambiente subraya los impactos negativos que el desarrollo de infraestructura para la explotación de yacimientos no convencionales puede tener sobre los ecosistemas terrestres y la biodiversidad. La construcción de pozos, carreteras y otras instalaciones implica la deforestación y la fragmentación de hábitats críticos, amenazando la estabilidad de los ecosistemas y la biodiversidad.
Paola Martínez Burgos