Fue hallada menor de 8 años que había desaparecido en la localidad de Engativá

Esta tarde, las autoridades dieron a conocer que la menor Eva Luna España, quien había desaparecido en extrañas circunstancias el pasado domingo 26 de noviembre, fue hallada. Al parecer, la menor fue entregada por una mujer en el CAI de Arborizadora Alta, en Ciudad Bolívar, luego de haberla encontrado, presuntamente, deambulando cerca de Diver Plaza en Engativá.

Según las autoridades, la menor está bien de salud y fue entregada por una persona cuya identidad aún se desconoce. Esto coincide con los testimonios de personas que dijeron haberla visto caminar junto a alguien por el barrio el Muelle, en la localidad de Engativá, al noroccidente de Bogotá.

Las primeras versiones de los hechos indican que todo comenzó cuando la madre, su esposo y sus hijos decidieron descansar un rato después del almuerzo. Sin saberlo, la incertidumbre comenzó cuando despertaron y se percataron de que Eva Luna ya no estaba en casa.

Karen Navarro, madre de la niña, relató a medios de comunicación: “Ella me dijo en la mañana que quería ir al parque con la bicicleta, pero le dije que no podía, que estábamos cansados y queríamos dormir. Después del almuerzo, se fue al cuarto a tocar el piano y se quedó dormida. La arropé, la dejé dormida y me fui a descansar con mi esposo, pero luego la niña se fue”.

Desde ese día, la angustia se apoderó del hogar de la familia España Navarro. Únicamente a través de vídeos de cámaras de seguridad se evidencia cómo la menor recorre las calles del sector con destino a la casa de su abuela.

Las autoridades llevaron a cabo las respectivas investigaciones sobre el caso. Los videos de las cámaras de seguridad del sector, obtenidos por los padres de Eva Luna, muestran a la menor caminando sola y tranquilamente cerca de un ‘fruver’, ubicado cerca de su vivienda. Vestía un pantalón azul, una camiseta gris y unas sandalias.

Según la madre de la menor, otro video muestra a la niña de ocho años cerca de la parroquia María Auxiliadora, donde una mujer mayor, entre 60 y 70 años, le dirige la palabra y luego la niña ingresa a la iglesia. El rastro se pierde a las 6:00 p. m., cuando la niña y la mujer mayor salen del lugar hacia un destino desconocido.

Paola Martínez