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Frente a los aranceles de Trump hay dos visiones : la de los catastrofistas, alarmistas y milenaristas, o la de los exploradores, visionarios y pioneros de nuevos mercados y oportunidades.

🌐 ASTROLABIO # 304 - VIERNES, 11 DE ABRIL DEL 2025

 

Los tremendistas y agoreros recurren a todo tipo de intimidaciones tratando de opacar con ello sus sesgos confirmatorios : « ¡ Se ha lanzado una bomba nuclear ! » ; « ¡ Ha estallado la madre de todas las guerras ! » ; « ¡ La humanidad se encuentra al borde del abismo ! »

En cambio, los entusiastas y vitalistas emprenden pesquisas creativas para crear nuevos escenarios de intercambio, repotenciar sus destrezas competitivas y superar a los rivales que antes le aventajaban en el propio mercado norteamericano.

Argentina, Australia, India, Israel, Japón, Tailandia, Taiwán, son tan solo algunos ejemplos de esta tendencia propelente que, lejos del antagonismo visceral frente al « imperialismo yanqui », se preocupa por innovar en sus mecanismos productivos, generar alianzas dinámicas y rivalizar con base en las capacidades y no en las preferencias.

Con todo, entre un extremo y el otro hay una interesante conducta intermedia a la que llamaríamos « de los expectantes ».

Se trata de aquellos países como Corea del Norte, Cuba, Bielorrusia, y la propia Rusia, que ya han sido sometidos por los EEUU a severas sanciones por sus actitudes vejatorias, transgresoras y desafiantes.

En tales condiciones, podría aducirse que no son susceptibles de cargas arancelarias puesto que, en la práctica, no mantienen lazos comerciales con la gran potencia.

Pero esto no es lo que sucede en todos los casos.  De hecho, el año pasado los EEUU importaron desde Rusia fertilizantes y platino por unos 3 mil millones de dólares, mucho más de lo que comerciaron con países pequeños y que, aún así, fueron registrados con elevadas tarifas.

En consecuencia, muchos de los catastrofistas, tan adictos como son a las teorías de conspiración con las que nutren sus escandalosas premoniciones, tejen toda suerte de conjeturas acerca de los lazos que unirían a la Casa Blanca y al Kremlin.

En vez de ver en tales cálculos una expresión del equilibrio de poder, la redefinición de las áreas de influencia y la trascendencia imperecedera del realismo político, ellos solo se remiten a sus empañadas bolas de cristal en busca de respuestas prefacturadas y paralizantes.

Maestro del trato, la negociación y « la paz mediante la fuerza », Trump no clasifica a los gobiernos entre  « amigos » o « enemigos », sino que ve en todo Estado un competidor con el que es posible llegar a acuerdos o, en su defecto, a confrontaciones más o menos graves, siempre de acuerdo con los parámetros propios de su diplomacia coercitiva.

Dicho de otro modo, la Casa Blanca les está planteando a sus principales antagonistas en el sistema internacional un escenario de diálogo y transformación de conflictos, abriendo ventanas de oportunidad para evitar -si ellos a bien tienen- el enfrentamiento directo y el uso de la fuerza como último recurso.  

En términos racionales, un acuerdo todavía es posible.  Pero también es oportuno recordar las lecciones de estrategia que la historia exhibe : en efecto, el emperador del Japón no se rindió después de Hiroshima ; y los melianos fueron destruidos por los atenienses en vez de haber aceptado el acuerdo negociado que se les estaba sugiriendo.

 

vicentetorrijos.com