La noticia ha golpeado con fuerza: Fernando Villavicencio Valencia, un individuo cuya vida transitó entre las letras del periodismo y la contienda política, fue víctima de un fatídico suceso. Ecuador, en su conjunto, está consternado ante el infortunio que terminó con la vida de quien era candidato presidencial por el partido Movimiento Construye.
Origen rural, trayectoria periodística y un compromiso social inflexible: así podría definirse a Villavicencio. Haber transitado de la escritura a la arena política era la culminación de una carrera forjada con tesón. Las páginas de los medios y los pasillos legislativos conocieron su influencia. Como diputado, representando a la Alianza Honestidad, su labor fue destacada, especialmente en la Comisión de Fiscalización de la Asamblea.
Sus informes destaparon irregularidades corporativas, resaltando los desmanes en la industria hidroeléctrica y petrolera. Esta audacia, sin embargo, lo colocó en la mira de amenazas. Previo a su trágico desenlace, había denunciado intimidaciones por parte de líderes de grupos criminales vinculados al narcotráfico. A pesar de ello, su campaña con la alianza Construye-Gente siguió su curso.
La trayectoria de Villavicencio no fue una simple narrativa. Fundador del Movimiento Pachakutik, también dejó huella en el ámbito internacional como trabajador en la industria petrolera, donde reveló los impactos en las comunidades amazónicas. Un abanderado de causas sociales y un luchador contra la corrupción, su legado persistirá como un recordatorio de la valentía necesaria para denunciar la injusticia.
Ecuador lamenta profundamente la pérdida de un individuo cuya vida ejemplificó la unión entre periodismo y política. Su esfuerzo y dedicación a la causa de la honestidad y la transparencia dejan un vacío en la arena política y una llamada de atención sobre la urgente necesidad de defender la integridad en todas las esferas.
Humberto ‘Toto’ Torres